Crisis en el PSOE

Fernández Vara de medir

La Razón
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Nadie quiere líos a 123 días de las elecciones. Al presidente extremeño le importa un pimiento que el discurso oficial entre Ferraz y Callao sea mantener a Trinidad Rollán en su cargo orgánico. Guillermo Fernández Vara ha sido muy clarito y ha dicho que Rollán debe ser sacrificada, políticamente hablando, porque hay que dar ejemplo desde el partido. Pero esas son las dos varas de medir de Tomás Gómez: ver imputados en el banco ajeno y no ver condenados en el propio. Algo que vende fatal en precampaña en Parla y en Mérida. Vara simplemente ha dicho lo que piensan muchos dirigentes en Ferraz y no se atreven a decir cuando el micro está en ON: que no se sostiene ni con alfileres a una condenada por prevaricación por mucho que no haya puesto la mano.

Sin embargo, el discurso oficial con el ministro José Blanco incluido, es mucho más blandito. ¿Por qué? Pues porque en Ferraz, después de todos los feos de las primarias le deben algún mimo a Tomás Gómez. Y están dispuestos a dárselo aunque vean que se equivoca. Maquiavélicamente puede convertirse incluso en un paseo hasta el precipicio de la mano de Trinidad Rollán. Para que Tomás Gómez salte. Y se estrelle.