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Emery meritorio por Julián García Candau

La Razón
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Unai Emery no ha dado largas a su renovación con el Valencia. No lo haría si se la ofrecieran. Pep Guardiola parece que quiere acortar el periodo de incertidumbre al que ha sometido al barcelonismo y Mourinho se cree que únicamente ha dado un susto al adquirir una casa en Londres, lugar en el que desea residir más adelante. Sólo ha sido aviso para navegantes.
De los tres citados, quien parece destinado a tomar la maleta es Emery. Ciertamente, el equipo nunca acaba de complacer a la parroquia, exigente en grado sumo. El equipo no tiene estilo definido y se le acusa de no componer un once titular y, consecuentemente, de alineaciones dispares. Emery tal vez ha llegado al final de la carrera de Mestalla, en donde cuatro años de permanencia, actualmente, es récord.
Quienes patrocinan el relevo apuestan por nombres que, a simple vista, no parece que puedan ser la fórmula magistral. Me pone de los nervios verle constantemente dando órdenes, desgañitándose y consintiendo el juego de constantes pases hacia atrás y creyendo que el «gilicórner» es una alternativa, aunque lleguen al área para rematar los centrales, con lo que se confunde al equipo y se dan ventajas para el contragolpe adversario. Pero con todo, Emery atesora el mérito de haber mantenido al equipo como campeón de la otra Liga, a pesar de haber perdido por el camino a Villa, Silva y Mata. Emery ha luchado con dignidad pese a la adversidad económica. Nunca ha exigido ni ha puesto excusas.
Posdata. Rafa Benítez fue buen entrenador y un mal empleado. No vale la añoranza.