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Del Bosque un blanco fácil

La Razón
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No conozco a un profesional del fútbol más mesurado, sensato, ecuánime, humilde, atento y equilibrado que Vicente del Bosque. Un caballero. Sabe tanto de fútbol que ni lo aparenta. Acepta las críticas, no responde a las provocaciones y reconoce los errores, que también los comete. No es infalible. Nadie lo es, ni siquiera quienes aprovechan el menor resbalón para atizarle. Como de fútbol y de medicina todo el mundo opina, que para eso estamos, dirán, su decisión de premiar a Reina y Valdés con la titularidad compartida en el Monumental de River escoció. Visto el resultado del encuentro, la Selección tendría que afrontar cualquier compromiso con los fantásticos, porque con los buenos es insuficiente. Cierto, pero es que Xavi sólo hay uno: Argentina y el Hércules dan fe de ello. Y hay jugadores que por estar en Suráfrica, no incordiar y fomentar el compañerismo merecen un premio. Del Bosque ha sido generoso con ellos y Batista alineó lo mejor que tenía para reivindicar el malherido fútbol albiceleste. Y ganó 4-1 a los campeones del mundo porque los palos, tres, también intervienen en el partido, y porque «La Roja» no fue ni la sombra del equipo que derrotó a Honduras, Paraguay, Chile, Portugal, Alemania y Holanda. Si, como publican los medios argentinos, los «gashegos» se pasaron la víspera de farra, la goleada pierde valor y sería tan ficticia como el encuentro de Iker con Luciana Salazar. Ambos lo han desmentido y Casillas lo ha denunciado. Que escuece la derrota, naturalmente. La lección bonaerense, pues de todo se aprende, es que hay que cuidar a los campeones, mimarlos y elegir el «sparring» con menos vista comercial y más visión de futuro. ¿Por qué? Porque Del Bosque es un blanco fácil y no sólo por su pasado madridista.