España ejemplo de madurez por Álvaro Uribe

Saludo a los lectores y colaboradores del diario LA RAZÓN de Madrid, una muestra de entusiasmo por la comunicación y la difusión democrática en el seno de la sociedad española. América Latina tiene un vínculo histórico con España y un lazo siempre presente de fraterna amistad que se ha constituido en referente de hermandad para nuestras naciones. El país ibérico descubrió para el mundo el paisaje americano y sentó las bases para la creación de una gran civilización: la del hombre nuevo, dispuesto a vivir la democracia y la libertad.

Además, a los largo de estos siglos, España ha sido una nación solidaria que nos ha apoyado con su ejemplo y su palabra en la lucha contra el terrorismo y las drogas ilícitas que lo alimentan, y ha sido nuestra aliada en la batalla por el crecimiento económico y la erradicación de la miseria y la pobreza.

Aspiramos a que la presidencia del doctor Mariano Rajoy sea continuación de esta relación y apoyo en el propósito de profundizar nuestras democracias, basadas en cinco parámetros: seguridad con alcance democrático, protección efectiva de las libertades públicas, transparencia como factor de confianza, cohesión social como principio de sostenibilidad y respeto a la independencia de las instituciones que confluyen a la conformación del Estado.

Ustedes, el pueblo y los gobiernos españoles, han logrado cambios fundamentales en el interior de su nación y la han constituido en potencia democrática del mundo. Nosotros, en América Latina, debemos seguir esta huella para arribar pronto a esa meta institucional que garantiza el desarrollo, la felicidad y la paz.

Sus partidos políticos y la sociedad en general son paradigma de madurez para nuestros países y ejemplo en la necesaria fortaleza y unión contra el terrorismo. Pensadores como Fernando Savater y Edurne Uriarte y programas políticos como el del Partido Popular inspiraron nuestra política de Seguridad Democrática y nos ratificaron que cuando al terrorismo se le apacigua con concesiones agiganta su capacidad destructora.

Los gobiernos intentan con frecuencia fortalecer las relaciones entre los países a partir de declaraciones políticas, pero pocos lazos son más fuertes entre las naciones que el intercambio comercial. España y América Latina han dado pasos fundamentales para la integración económica que permita la superación de la pobreza en nuestros países. España ha sido nuestra aliada para los acuerdos con la Unión Europea que ahora necesitan la ratificación del Parlamento Europeo y de los parlamentos nacionales. Esto ha sido posible gracias a unas relaciones de menos retórica y más acción. Unas relaciones que no se han quedado en el discurso ni excesos ideológicos ni críticas a nuestros pueblos, sino en posiciones prácticas y de compromiso real para ayudarnos a superar las dificultades, bajo el presupuesto de la libertad, el respeto y las buenas relaciones entre los gobiernos. España nos enseña que no podemos ir de regreso por los extremos que fracasaron, la utopía de la estatización y la utopía del desmonte del Estado.

España nos invita a comprender nuestra propia diversidad, a respetarla y reconocerla. España nos recuerda que la historia de ninguno de nuestros pueblos se puede examinar sin hacerlo conjuntamente con el examen del otro; que el presente de ninguno de nuestros pueblos se puede laborar si no se trabaja en armonía con el otro; que el futuro brillante que queremos ninguno lo encontrará si no se explora hombro a hombro, con el otro. Que la relación de España y América Latina sea invitación a todos los demócratas para que luchemos por la cohesión social de nuestros pueblos y cerremos filas contra el crimen organizado y la amenaza terrorista.

Álvaro Uribe
Ex presidente de Colombia