En el kilómetro cero

Mollema es el nuevo líder, con un segundo de ventaja sobre «Purito» y nueve sobre Nibali. Los planes del español de salir con dos minutos o dos y medio perdidos de la contrarreloj de Salamanca se complican.

«Se me ha hecho bola», reconocía. «Se me ha hecho larguísimo al final». Una sensación compartida por muchos de los escaladores. Todos los que lo intentaron no tardaron en venirse abajo. Pardilla, Mikel Nieve... El que atacaba era devorado por los perseguidores y el viento. «Ha sido tremendo", explicaba Pardilla. «Al girar cada curva cambiaba de dirección. Era muy duro», reconocía el de Movistar castigado por el esfuerzo.

Incluso Nibali, que se veía con fuerzas, quiso probar. Quedaban cinco kilómetros, pero acabó engullido, como todos. Pero atacar «tan pronto» no fue un error para él. «Ha servido para descolgar a rivales que han perdido tiempo, como Scarponi, «Purito» y Antón. Pero Wiggins ha estado fantástico», asumía el italiano. «No he podido rematar porque no tenía piernas. Me fallaron las fuerzas porque la subida ha sido muy larga», admitió.

Wiggins fue el gran ganador de ayer, aunque la etapa se la llevara Daniel Martin, el sobrino de Stephen Roche, y el liderato fuera para Mollema. Llega a la contrarreloj sólo un minuto por detrás del líder. Y el reloj, hoy, debe ser su amigo. Era el enemigo al que todos querían distanciar antes de la etapa de hoy y al final fue él el que recortó tiempo. Aunque su esfuerzo durante la subida le dejara sin posibilidades de disputar la victoria a Martin, Mollema y Cobo en el esprint y se quedó sin bonificaciones.
«Estoy triste porque todo lo que he ido ganando estos días lo he perdido y voy a llegar a la crono justo. Es como empezar de cero», se lamentaba «Purito». Así están todos.