Francia

ANÁLISIS: Presidente de un solo mandato por Bruno Cautrès

La Razón
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l¿Están los franceses frente a una cita crucial?,¿qué esperan de las urnas?
–Sí, sin duda, la del 2012 es una elección crucial. Está ocurriendo en el contexto de las peores condiciones económicas desde 1945. Otro aspecto interesante es que muchos Gobiernos de izquierda han perdido en el mismo entorno y ahora podría ser que la derecha pierda. Si éste es el caso, va a ser muy interesante ver cómo un gobierno de izquierda gestiona asuntos como la reducción de la deuda pública de Francia. Las encuestas han dado una clara ventaja a François Hollande en la segunda ronda desde hace semanas. De todos modos, son encuestas de opinión solamente y el electorado tiene todavía algunas dudas: en particular, los votantes de Marine Le Pen y los de François Bayrou. Sólo un milagro podría salvar a Sarkozy. Este milagro tendría la siguiente cara: al menos el 70% de los votantes de Marine Le Pen deberían votar por él o por lo menos entre un 50-55% de los votantes de Bayrou .

l ¿Puede Sarkozy remontar como lo hizo Giscard en 1974?
–Sí, con las condiciones milagrosas que he explicado. Pero Sarkozy no está en la misma posición que Giscard en 1974. Entonces Giscard no era presidente en ejercicio. Podía presentarse como el chico nuevo que va a modernizar Francia. Esto es lo que hizo Sarkozy en el 2007. En 2012, Sarkozy se parece más a Giscard en 1981.

l ¿Cuáles podrían ser las razones de una derrota de Sarkozy?
–La crisis económica ha jugado un papel clave. Pero no es la única explicación. Sarkozy sufre también de una mala fama. Al inicio de su gestión cometió errores. Se mostró excesivamente confiado en sí mismo y no desempeñó el papel de un presidente francés con la solemnidad suficiente. Lo han llamado muchas veces el «monarca republicano». Y se puso peor cuando creó un escudo fiscal que lo presentó como el «presidente de los ricos».

l ¿Cómo podría Hollande mantener sus promesas?
–Le va a ser muy difícil. Sobre todo reformar el tratado de la estabilidad presupuestaria, que debería entrar en vigor en julio próximo. Lo más probable es que no pueda ejecutar muchas de sus promesas.

 

Bruno Cautrès
Investigador y profesor de Sciences Po en París