París

Al Qaida detrás del asesinato de los dos jóvenes franceses en Níger

Tres días después del secuestro en Níger y despiadado asesinato de los franceses Antoine de Léocour y Vincent Delory, sus muertes aún no tienen una autoría clara ni oficial. No hubo tiempo para reivindicaciones ni para que sus captores exigieran un rescate.

Una mujer firma en el libro de condolencias en memoria de Antoine de Léocour y Vincent Delory, los dos jóvenes ejecutados por Al Qaida en Níger
Una mujer firma en el libro de condolencias en memoria de Antoine de Léocour y Vincent Delory, los dos jóvenes ejecutados por Al Qaida en Nígerlarazon

Antes, al verse acorralados y malograda su empresa, éstos decidieron acabar con sus vidas. El crimen todavía no tiene nombre, pero tanto Francia como Mali están convencidos de que tras el secuestro se esconde la oscura mano de Al Qaida en el Magreb Islámico (AQMI).

Al primer ministro galo no le queda duda alguna. François Fillon está «casi seguro» de su responsabilidad en el secuestro de sus compatriotas. También ofreció detalles que permiten una reconstrucción más precisa de los sucesos –el asalto final corrió a cargo exclusivamente de un comando especial de las fuerzas francesas en suelo de Mali y con el permiso de las autoridades locales– aunque las circunstancias en que fallecieron los dos jóvenes siguen siendo bastante confusas. De ahí que la Fiscalía Antiterrorista de París haya abierto una investigación por «crimen flagrante» y enviado a Niamey a varios agentes tanto del contraespionaje como de la policía científica.

A la luz de las primeras informaciones, los rehenes fueron «eliminados fríamente» a manos de sus secuestradores, un grupo de «una docena de personas de orígenes diversos», según Fillon, que habrían cometido el secuestro por encargo de AQMI.

Además, según Bamako, existen «pruebas irrefutables» de la implicación de la organización terrorista que ha hecho del desértico Sahel un santuario donde se mueve con impunidad y desde donde está poniendo en jaque a Occidente. Y en concreto a Francia, al que ha designado como uno de sus objetivos prioritarios y al que regularmente amenaza por su participación militar en Afganistán o por la ley contra el «burka».

Se trata de la segunda intervención militar en la que Francia fracasa al tratar de liberar a varios de sus ciudadanos secuestrados en el Sahel en los últimos seis meses. Pero pese a los riesgos y a poner en peligro la vida de los suyos, París ha adoptado la estrategia de no ceder frente al chantaje. De ahí que Fillon reiterara la determinación, manifestada la víspera por Nicolas Sarkozy, de luchar contra la «plaga» del terrorismo y agradeciera la unidad de la clase política al apoyar la firme postura del Gobierno.

Fue el propio jefe del Estado quien tomó personalmente la decisión de actuar tras concertarse con el primer ministro y su titular de Defensa, Alain Juppé. «Asumimos plenamente la intervención», aseguró el ministro, que ayer se reunió con las autoridades de Niamey y la comunidad francesa en la capital de Níger.


Cinco rehenes galos en el Sahel
Hace casi cuatro meses que AQMI mantiene retenidos en alguna parte del norte de Mali a cinco ciudadanos franceses trabajadores del grupo nuclear Areva, un togolés y un malgache, secuestrados a mediados del pasado mes de septiembre al norte de Níger. El brazo de la red terrorista Al Qaida en el Magreb Islámico, el mismo que en julio ejecutó al cooperante galo Michel Germaneau, no tardó en reivindicar su autoría, pero las negociaciones con los terroristas, reacios a abrir un canal de diálogo, parecen ser complicadas. Eso explicaría el giro en la estrategia francesa, mucho más ofensiva frente al chantaje de los terroristas de la red de Ben Laden.