Sevilla
El Cristo de la Expiración del Museo estará cinco meses en el «quirófano»
La intervención en el IAPH costará 12.289 euros y se centrará en recuperar el aspecto original de la talla
SEVILLa- Un total de cinco meses y medio estará el Cristo de la Expiración de la hermandad del Museo en el «quirófano» del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH) para que recupere su aspecto original. Después de que los hermanos se negaran en un primer cabildo a que se trasladara el crucificado a las instalaciones de la Cartuja para su restauración, la junta de gobierno repitió el cabildo hasta que salió el «sí» definitivo. La intervención tendrá un coste de 12.289 euros, que será asumido por la corporación del Lunes Santo.
El consejero de Cultura, Luciano Alonso, detalló ayer los detalles de la intervención, acompañado por el hermano mayor de la cofradía, Alfonso Gentil; el director del IAPH, Román Ferández-Baca y el director de la restauración, Lorenzo Pérez del Campo. Alonso resaltó que la imagen «trasciende su enorme valor histórico y patrimonial con la memoria religiosa y devoción de muchos sevillanos y andaluces», y que su restauración «es un nuevo desafío» para el IAPH, un centro «de excelencia internacional».
La intervención sobre la talla –obra del escultor Marcos Cabrera y posiblemente del pintor Juan Díaz– se centrará en devolverle su aspecto estético de finales del siglo XIX. Este criterio está fundamentado en los análisis de caracterización de materiales y el estudio de capas polícromas, que han concluido que la policromía que tiene la escultura actualmente fue aplicada en una reciente restauración. La imagen conserva los rasgos principales del manierismo, si bien su forma se ha visto modificada en el tiempo por sus numerosas restauraciones. Además, la escultura, realizada a tamaño natural, cuenta con la característica singular de ser más ligera de lo habitual, al estar fabricada en pasta de papel policromada.
El principal problema que presenta la obra es la alteración de su aspecto estético. La causa se encuentra en las capas superficiales aplicadas en las distintas restauraciones del siglo XX, en parte debido a que la oxidación natural de los barnices hace que adquieran una coloración amarillenta.
De este modo, la propuesta de tratamiento incluye tanto el soporte como la policromía. En cuanto al soporte, se consolidará la corona y el cordón del sudario, mediante la impregnación con colas animales. A través del estudio radiográfico realizado, se ha comprobado la pervivencia del sudario primitivo debajo del actual –realizado en 1895 por Manuel Gutiérrez Reyes y Cano–, de reducido tamaño y con un plegado más acorde a la estética manierista.
Respecto a la policromía, se realizará la consolidación de los estratos, la eliminación de las capas de barnices no originales y alterados, la eliminación de reintegraciones alteradas o que sobrepasen la zona a reintegrar, la eliminación de estucos en mal estado o que sobrepasen la pérdida polícroma y la reintegración del estrato de preparación y de color de las zonas con pérdidas. La reintegración que se plantea tiene la finalidad de dar unidad a la obra sin aportar reposiciones.
El seguimiento del proyecto se llevará a cabo por una comisión mixta compuesta por especialistas de la Consejería de Cultura y varios miembros de la junta de gobierno de la hermandad del Museo.
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