Casas reales

El príncipe sepultado

El hijo de Beatriz de Holanda lucha por su vida tras pasar 20 minutos enterrado por una avalancha mientras esquiaba

El príncipe sepultado
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El que fue durante años el gran desconocido de la familia real holandesa, el príncipe Johan Friso de Orange-Nassau, segundo hijo de la reina Beatriz, se bate ahora entre la vida y la muerte tras haber permanecido 20 minutos enterrado en la nieve. Ocurrió ayer a las 12:15 horas en Lech, Austria, una zona de esquí de los Alpes donde los miembros de esta Casa Real pasan las vacaciones de invierno desde hace más de 40 años. En un comunicado oficial, los médicos declararon que el príncipe, de 43, está estable, pero que no aún no está fuera de peligro y «habrá que esperar varios días para decir algo sobre el pronóstico».

Una avalancha de unos 30 metros de ancho y 40 de largo sepultó al príncipe Friso de Holanda, que estaba esquiando fuera de pista con un compañero, a pesar de que en la zona se había activado el nivel cuatro de alerta por aludes, en una escala de cinco, según informa el diario austríaco «Krone». No obstante, el área de esquí no se había cerrado al público. Mientras que el segundo hijo de la reina Beatriz quedó enterrado por la nieve, su acompañante logró escapar y fue en busca de ayuda.

Tanto el príncipe, que pudo respirar mientras estaba sepultado por unos 40 centímetros de nieve, como su compañero, iban muy bien equipados en el momento del accidente. De hecho, su amigo, que fue quien alertó a los equipos de socorro del accidente, logró salir gracias a una «mochila para aludes» que funciona como un airbag; además el equipamiento de Friso facilitó la tarea a los equipos de rescate. Enseguida se puso en marcha una «cadena de rescate» que tardó 20 minutos en sacar al príncipe con vida. De inmediato, Johan fue atendido en un helicóptero, donde le reanimaron y le trasladaron al hospital austríaco de Innsbruck. Allí permanece ingresado.

Cuidados intensivos
El desgraciado accidente ha llevado a la Familia Real a cancelar su tradicional cita en la que posan para la Prensa durante sus vacaciones de invierno, que estaba prevista para el próximo lunes. La costumbre de la familia real holandesa es pasar dos semanas en este balneario de invierno en febrero. La reina Beatriz de Holanda llegó a la localidad el pasado sábado, mientras que Friso, su esposa –Mabel Wisse Smit– y sus dos hijas –de 5 y 6 años– se acercaron unos días después. La reina estuvo ayer con su nuera en el hospital donde Friso está recibiendo cuidados intensivos. El resto de la familia, entre ellos, el príncipe heredero Guillermo Alejandro y la princesa Maxima con sus hijas Catalina, Amalia, Alexia y Ariana, llegan habitualmente una semana después de la reina, pero a raíz del suceso está previsto que lo hagan hoy mismo.


El delfín que lo dejó todo por amor

Johan Friso ha preferido siempre permanecer en el anonimato y fue durante años el gran desconocido de la casa hasta que en 2004, renunció a sus derechos dinásticos para casarse con una «plebeya», en la imagen superior. El Gobierno holandés vetó el matrimonio por la supuesta relación entre Mabel Wisse y un famoso traficante de drogas. Por ello, Friso forma parte de la Familia Real, pero no de la Casa Real.