Ciencias humanas
Las palomas nunca olvidan una cara
Una nueva investigación ha demostrado que palomas sin adiestramiento previo pueden reconocer a personas individualmente y no se dejan engañar por un cambio de indumetaria.
Los investigadores, que presentaron su trabajo este fin de semana en la conferencia anual de la Society for Experimental Biology, celebrado en Glasgow, han demostrado que palomas urbanas que nunca han sido capturadas o manipuladas pueden reconocer a las personas, probablemente recurriendo a características faciales.
Aunque las palomas han demostrado notables hazañas de percepción cuando se les da entrenamiento en el laboratorio, esta es la primera investigación que muestra habilidades similares en palomas no entrenadas.
En un parque en el centro de París, las palomas fueron alimentadas por dos investigadoras, de presencia y color de piel similares, pero que usaban batas de laboratorio de diferentes colores. Una de ellas simplemente ignoraba a las palomas y les permitía alimentarse, mientras que la otra era hostil y las perseguía. A esto le siguió una segunda sesión, en la que no se acosaba a las palomas.
El experimento, que se repitió varias veces, mostró que las palomas fueron capaces de reconocer a los investigadores y siguieron evitando al que las había ahuyentado incluso cuando ya no lo hacía. Tras el intercambio de batas de laboratorio para tratara de confunidr
a las palomas, éstas continuaron rechazando el investigador que había sido inicialmente hostil.
"Es muy probable que las palomas reconocieron los investigadores por sus caras, ya que los individuos eran mujeres y de una edad, complexión y color de la piel similares,"dijo la doctora Dalila Bovet, co-autora de este trabajo de la Universidad de París Ouest Nanterre La Défense. "Curiosamente, las palomas, sin adiestramiento, utilizadas de forma espontánea, reconocían antes las características más relevantes de los individuos (rasgos faciales, probablemente), en lugar de las batas de laboratorio que cubrían el 90% del cuerpo."
El hecho de que las palomas parecían saber que el color de la ropa no era una buena manera de identificar a los seres humanos, sugiere además que las aves han desarrollado habilidades para discriminar entre los seres humanos en particular. Esta capacidad puede haberse producido durante el largo período de asociación con los humanos, y de la domesticación temprana tras muchos años de vivir en las ciudades.
El trabajo futuro se centrará en identificar si las palomas aprenden que los seres humanos a menudo cambian de ropa y así utilizan las características más estables para el reconocimiento, o si hay una base genética para esta habilidad, unida a la domesticación o haber evolucionado en un entorno urbano.
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