Redes sociales
El éxito de una imagen controvertida
MADRID- Por encima del debate suscitado en torno a lo que realmente representa y de las discusiones sobre la tipografía y los colores utilizados, o quizá gracias, en parte, a todo ello, el logotipo oficial de Madrid 2020 consiguió en pocas horas una de las máximas que primero se aprenden en las facultades de comunicación: que se hable del producto en cuestión, que consiga notoriedad.
Mientras el creador de la imagen original reconocía sentirse «abrumado», las redes sociales ardían con comentarios a favor y en contra. Pero la cuestión clave seguía en el aire: ¿Beneficia esta tormenta a la candidatura? El director de Arte José Almanza recuerda la famosa sentencia en la que se sostiene que lo mejor es que se hable de uno aunque sea mal: «Una polémica acerca del significado, acerca de su impacto en determinado sector social, o acerca de lo radical de la idea puede dotar a una campaña de cierta publicidad extra».
Entre la frescura y el riesgo
Sin embargo, el creativo publicitario también apunta los peligros del contexto en el que se ha producido: «Ya hubo suficiente con el de Madrid 2016, como para continuar con el chiste». Por su parte, Diego Celma, del portal especializado Publi.es, cree que la polvareda levantada en Twitter puede tener su parte positiva: «Unos ven excesivo parecido con el anterior logo de Madrid 2016, otros leen 20020 en lugar de 2020… Ha levantado muchas críticas que, al menos, van a servir para darle publicidad a una candidatura que ya no tiene la frescura de las otras dos anteriores». Respecto a la repercusión obtenida en las redes sociales, José Almanza subraya su importancia, ya que «no se puede valorar en dinero lo que supone que hablen tanto de ti, sea en el medio que sea». Sin embargo, Almanza sostiene que los comentarios negativos pueden tener su contrapartida: «Las redes sociales tienen mucho peso actualmente como para arriesgarse a que simplemente la candidatura no se valore como se debe por el resultado del logo, que al fin y al cabo, no debería ser decisivo a la hora de valorar si Madrid está preparada para acoger unos Juegos Olímpicos».
Respecto a la decisión de incorporar al logotipo final un símbolo que represente la Puerta de Alcalá, Almanza cree que la inclusión de la imagen de uno de los monumentos por los que la capital es más conocida en el mundo hará que todo «el concepto se fije en la mente del consumidor». Recuerda, no obstante, que para un logo es mejor que el público se identifique con él a que identifique lo que aparece en él. ¿Lo ideal? «Que el consumidor busque ser, formar parte de una comunidad, de un sentimiento, y de esa manera la durabilidad y utilidad del logotipo y del producto será mayor».
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