Asturias

Los Príncipes reparten su herencia

Don Felipe explica que la aceptaron para que no acabara en otro país y que lo más fácil habría sido renunciar a ella

Los Príncipes visitaron en Menorca el proyecto promovido con su herencia
Los Príncipes visitaron en Menorca el proyecto promovido con su herencialarazon

Una herencia de un hombre que no conocían era un «regalo» envenenado para dos figuras como los Príncipes de Asturias. Desde el momento en que les notificaron que eran los beneficiarios tras la muerte de Juan Ignacio Balada, sabían que provocaría debate. «Lo habitual –reconoció ayer Don Felipe en Menorca– hubiera sido que renunciáramos a la herencia, era lo más sencillo». Pero si lo hacían, tal y como había dispuesto el propio Balada, ese dinero habría acabado en las arcas públicas del Estado de otro país. Por eso decidieron aceptarla y dedicarla a un fin benéfico.

El Príncipe habló ayer por primera vez y con toda franqueza de la «sorpresa» que les produjo el contenido del testamento del empresario menorquín. Sobre la base de las condiciones antes explicadas, Don Felipe, aunque se mostró convencido de que Israel «lo habría destinado a un buen fin» y que, incluso, podría haber sido destinado a alguno de interés para ambas naciones, admitió que a él y a Doña Letizia les pareció «que esa no era la manera más directa o mejor de asegurar que los españoles se beneficiaran de su patrimonio». Por eso aceptaron la herencia y el encargo de constituir, con la mitad de sus bienes, una fundación destinada a labores de interés general: «Además, teníamos muy claro que el dinero que recibiésemos lo destinaríamos también a fines de interés social».


Con los discapacitados
Los Príncipes se desplazaron ayer a Menorca para visitar los centros que gestiona la Fundación para Personas Discapacitadas de la isla, a la que han entregado una primera aportación de 140.000 euros procedente de dicha herencia. Con esta decisión, han hecho efectivo el compromiso anunciado en enero de 2010 de destinar la parte que les corresponde en la herencia de Balada a fines de carácter social. Y lo han hecho con el convencimiento de que «el señor Balada estaría hoy satisfecho de ver el destino que hemos dado al dinero que nos legó».

Balada Llabrés ordenó que la mitad de la herencia debía destinarse a una fundación de interés general, que debía ser gestionada por los Príncipes de Asturias. El otro cincuenta por ciento correspondía a Don Felipe y Doña Letizia, así como a los ocho nietos de Don Juan Carlos.

La Casa Real recibió una petición de la Fundación de Discapacitados de Menorca y, según ha dicho don Felipe, se estudió la propuesta y les convenció.

El presidente del Consell de Menorca, Marc Pons, que acompañó a los Príncipes en su visita junto con el presidente balear, Francesc Antich, manifestó que con la aportación de la Casa Real la fundación consolidará el Proyecto PIL Jove (Programa de Integración Laboral), que permitirá a jóvenes con discapacidad realizar prácticas laborales en diferentes empresas. «Para la Fundación para Personas con Discapacidad de Menorca la visita de los Príncipes constituye una oportunidad única para dar a conocer la enorme labor que desarrolla en todos los ámbitos de la discapacidad, y constituye un gran honor que se hayan interesado directamente», afirmó Pons.

Los Príncipes de constituyeron en agosto de 2010 la Fundación Hesperia –con una dotación de cuatro millones de euros– como albaceas testamentarios del inversor Juan Ignacio Balada Llabrés, que falleció en Ciutadella el 18 de noviembre de 2009.


30 millones de euros
Era la herencia total de Juan Ignacio Balada. En su testamento ordenó que la mitad debía destinarse a una fundación de interés general que debía ser gestionada por Don Felipe y Doña Letizia. El otro cincuenta por ciento correspondía a los Príncipes de Asturias y a los ocho nietos del Rey.