«El Dorado» de España para capear la crisis

Madrid- La histórica ausencia del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en la XX Cumbre Iberoamericana es especialmente significativa habida cuenta de que España es el principal inversor europeo en la región, primero del mundo en el sector servicios, y el segundo mayor, tras Estados Unidos, en el cómputo general.

En un contexto de crisis aguda y con unas pobres previsiones de crecimiento para 2011 del 0,7% del PIB, las empresas españolas han apostado por los mercados iberoamericanos para seguir creciendo ante el estancamiento del mercado interno. El desembarco español de los noventa –que alcanzó su apogeo en 1999, cuando España sobrepasó a EE UU como mayor inversor con 26.000 millones– que convirtió Iberoamérica en una suerte de «El Dorado» para las firmas españolas, ha repuntado en los últimos años y continuará durante el próximo lustro ante las perspectivas para la zona de crecimientos sostenidos superiores al 5%, superiores a los de Europa y EE UU.

De hecho, según diversos estudios, el 84% de las empresas españolas del Ibex 35 tiene previsto ampliar sus inversiones en la región, especialmente en Brasil –objeto de deseo de todas ellas–, México, Colombia, Chile y Perú. De hecho, de ese porcentaje, el 60% concentrará sus inversiones en Brasil y México, economías con desarrollo meteórico y con mercados de 185 y 112 millones de habitantes, respectivamente.

La parálisis del mercado español ha convertido Iberoamérica en un pilar clave para las cuentas de las mayores empresas españolas, cuyos beneficios iberoamericanos superan con creces a los de España. Por poner sólo algunos ejemplos: los negocios de Telefónica en Iberoamérica han supuesto el 41,5% de los ingresos en el primer semestre de 2010 (un 5,4% más que el año precedente); el Banco de Santander anunció hace apenas un mes que sus negocios en los mercados emergentes de América Latina representan el 42% de sus beneficios hasta septiembre. Sólo Brasil, con un crecimiento anual del 25,8%, contrarresta las pérdidas en el mismo periodo en los mercados maduros de Europa Continental (que cayeron un 20,1%) y suponen el 25% de las ganancias del grupo bancario español, la mayor tajada de la tarta de beneficios.

En similar posición se encuentra el otro gigante bancario, el BBVA, cuyas pérdidas globales quedan mitigadas por los negocios en Iberoamérica, y la petrolera Repsol, que presentó ganancias netas de 1.338 millones de euros (un 38,9% más que en el mismo periodo del año anterior) gracias al despegue iberoamericano, entre otros factores.

Las multinacionales españolas admiten que sus negocios americanos salvan la estabilidad de sus cuentas y les abren posibilidades de negocio en Asia por las sinergias con firmas chinas ávidas de entrar en el nuevo «El Dorado».