Literatura

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Un almuerzo chic en El Rastrillo

Quien piense que con la entrega de Carmen Lomana a la colección de H&M para Versace –arrasó con la colección completa– se habían acabado las compras de la semana, se equivocaba. Ayer tocó paseo por el Rastrillo de Nuevo Futuro y no se conformó con mirar. Plan de sábado con amigas que pasaba por almuerzo en El Rincón del Gourmet –invitaba Lomana–, compras por doquier y firma de libros. El suyo, «Los diez mandamientos de la mujer 11» va ya por la sexta edición. Y el lomanismo va a más.

Carmen Lomana, en uno de los stands de El Rastrillo
Carmen Lomana, en uno de los stands de El Rastrillolarazon

Como ella, que no se puede resistir cuando ve algo que le llama la atención. Así, nada más entrar en el Pabellón de la Pipa se hizo con unas «perlas barrocas estupendas que no esperaba encontrar a un precio tan bueno». Después le siguieron unos broches y una alfombra. «Siempre me llevo alguna, porque son ideales», comenta en el stand de La Maestranza junto a su hermana, María José, que echa cuentas: «¿Te acuerdas de la primera que compramos? Salió muy buena». «Lo cierto es que venir al Rastrillo te permite comprar regalos de Navidad, los adornos, antigüedades fabulosas… Pero, sobre todo, dar un empujón a la labor insustituible de acogida y tutelaje que realiza de forma tan eficaz y con tanto cariño Nuevo Futuro».

En ese momento Lomana contesta a su móvil a la espera de que llegue el menú servido por el Hotel Intercontinental y Caoba, y surge la duda de cómo ven sus amigas a la colega mediática. «Todavía hay mucha gente que la juzga por su fachada y su forma de hablar. Te diré que valora cada gesto, cada detalle, cada regalo, por muy pequeño que sea, como si fuera la mayor joya de Cartier», comenta una de ellas. «¿Qué te van a decir de mí estando yo aquí?», apostilla la protagonista tras darse cuenta de la conversación.

Al margen de Lomana y de Elena Tablada madre –que también se dejó caer por la Casa de Campo–, El Rastrillo arrancó con fuerza en su primer fin de semana, con los pasillos llenos y novedades en cada esquina. Como el puesto de trajes de flamenca a medida de Rosario Rodríguez, con precios entre los 200 y 1.200 euros. «Es la primera vez que estamos aquí y me he quedado sorprendida con la respuesta solidaria de los madrileños», comenta mientras cose el dobladillo de una bata de cola que a buen seguro encontrará dueña en unos días.
 

Menú del día
En una maratoniana jornada de compras es indispensable una parada en «boxes». Venta del Toro ofrece varias opciones: Ragout de solomillo ibérico de José Luis, cazón a la gaditana, patatas en amarillo, garbanzos con chocos estilo Huelva de Portobello y garbanzos con tocino de Casa Juaneca. En La Cibeles hay callos, ensalada primaflor, lomo de merluza y cordero relleno. En Puerta del Sol, Flash-Flash ofrece lomo asado con almendras y perdiz. Y Vistalegre: oreja de La Ponderosa, jamón y huevos.