Hamburgo

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Imagen del dibujo del correcaminos
Imagen del dibujo del correcaminoslarazon

L a aceleración de sucesos e informaciones crece de tal manera que los columnistas y periodistas no damos abasto. Las reputaciones suben y bajan: el talibán de hoy es el mártir de mañana, el entrenador Rey de Copas es el Coyote Social a la semana siguiente, el antiguo emperador de finanzas de ayer intenta con una camarera lo que hace su banco a los países pobres, las serias alemanas de antaño se dedican ahora a frivolizar con pepinos.

Más emociones que palabras. Todo esto sucede por generar noticias cada media hora y programar eventos cada fin de semana, en lugar de hacer como los astutos británicos que solo montan una boda real cada tres décadas. De esa manera, las cosas se mantienen siempre un poco más estables.

Para los pobres diablos que escribimos, el resultado de tanta inestabilidad permanente (y pase el oxímoron) es convertirnos en una especie de Correcaminos informativo y sentirnos tentados de escribir a la manera telegráfica.

Pregunta de Mourinho. ¿Por qué al Barsa le expulsan a tantos rivales? Stop. Porque la única manera de frenar la belleza de su juego es con patadas ilegales, pedazo de bruto. Stop.

¿Por qué un hombre en la cumbre de la economía mundial no sabe tratar a las mujeres? Stop. Porque tiene una mente superdotada para los números pero es una bestia para las personas. Stop.

¿Por qué la consejera de agricultura de Hamburgo calumnia a los productos españoles? Stop. Porque ya cuando yo era pequeño existían películas ilegales dónde las alemanas hacían cosas raras con pepinos. Stop.

Dirán que los columnistas hacemos demagogia, pero es que ellos han convertido la realidad en un panfleto. Stop.

Si esta crónica veloz supera los radares de la Dirección General de Tráfico la leerán ustedes el domingo. Stop. Buen descanso. Bip, bip.