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Testosterona y divorcio por Marina CASTAÑO

Testosterona y divorcio, por Marina CASTAÑO
Testosterona y divorcio, por Marina CASTAÑOlarazon

Son muchos los factores que hemos de tener en cuenta para que haya motivos de divorcio: desde la edad de los esposos, pasando por el sexo de los hijos, hasta llegar al nivel de testosterona del hombre, ya que los que lo tienen alto son en un 43 por ciento más propensos a la infidelidad que quienes tienen un nivel normal de hormonas en sangre. Ellas manejan nuestra vida como una varita de director de orquesta, antes, incluso, de que aterricemos en este mundo. Sí, ellos prefieren mujeres físicamente atractivas, que sean por lo común más jóvenes, con ojos luminosos, labios carnosos y figuras curvilíneas, como una guitarra. Las preferencias varoniles basadas en estas características, por superficiales que puedan parecer, son sólidas señales de la presencia de testosterona, que rige su cerebro. Durante millones de años el circuito del cerebro del varón ha evolucionado para fijarse en mujeres sexualmente atractivas. Que nuestros instintos mentales no hayan cambiado desde que el mundo es mundo puede explicar por qué las mujeres buscan las mismas cualidades ideales en una pareja a largo plazo, en contraposición a los del hombre, que busca sólo la instantaneidad, el momento de placer, el sexo inmediato, porque, para él, el futuro puede esperar. Los varones sexualmente muy activos se encuentran ante la disyuntiva de la infidelidad, cuando su pareja no lo es: ya se sabe, «me duele la cabeza, estoy muy cansada, he tenido problemas en el trabajo, el niño sigue trayendo malas notas». Sin duda, la sobrecarga de obligaciones que soporta una mujer deriva en un menor apetito sexual, y el hombre con su testosterona en ebullición hasta edades muy tardías busca satisfacer sus necesidades carnales. Siempre ha sido así. Y lo seguirá siendo.