Alimentación
Cócteles sin alcohol: la alternativa más sana para las noches de verano
Con las frutas como ingrediente protagonista, resultan perfectos para hidratar el organismo, además de aportar vitaminas y minerales. El empleo de edulcorantes es la clave para cuidar la línea
Con la llegada del calor y el buen tiempo apetece más que nunca disfrutar del sol y el aire libre y, si además, lo hacemos bebiendo algo mucho mejor. Más allá de la clásica cerveza o granizado, los cócteles sin alcohol se han posicionado como una alternativa más saludable y refrescante frente a los que lo llevan. Aunque ambos tienen fruta, las posibilidades de los sin alcohol no sólo sientan mejor a la salud y se evita la temida resaca sino que, además, con un trago se combate el calor. Esta semana ha tenido lugar la celebración del concurso internacional de cócteles «World Class», en el que se han expuesto las últimas y más extravagantes novedades en torno a este mundo. Aunque cuentan con una larga tradición, los cócteles siempre han tenido una imagen de bebida moderna y sofisticada y vinculados a los lugares más glamourosos y a los momentos del día dedicados al descanso y a las relaciones sociales.
Sus proporciones, combinaciones y presentación persiguen, desde hace siglos, la perfecta armonía entre gustos, olores, sabores y texturas. Desde el punto de vista nutricional, Natalia Ramos Carrera, dietista-nutricionista de Sprim (Salud, Prevención, Investigación e Información Médica), afirma que «los cócteles sin alcohol elaborados a base de frutas y verduras aportan, sobre todo, agua por lo que resultan muy refrescantes e hidratantes, además de aporta vitaminas, minerales y multitud de compuestos antioxidantes». Para cada momentoComo de lo que se trata es refrescarse, «elaborar cócteles con fruta en forma de granizado es la mejor alternativa para saciar la sed y combatir las altas temperaturas», explica Diego Cabrera, propietario de la coctelería Le Cabrera en Madrid. No hay que olvidar que existe un cóctel perfecto para cada lugar y situación. Sugerentes, refrescantes y glamourosos, se dividen en tres grupos: para el aperitivo, los digestivos y los tragos largos o refrescantes. En primer lugar, los que se consumen antes de la comida destacan por ser secos y poco dulces y en los que predominan los refrescos de frutas cítricas como el maracuyá, el kiwi, la naranja, el limón o el pomelo. En cuanto a los digestivos, son un complemento excelente para las sobremesas. Su función no es otra que facilitar la digestión de los alimentos y, por ello, se preparan con granadina, melocotón, fresa, crema de leche y helados. Por ultimo, lo de tragos largos o refrescantes resultan perfectos para las salidas nocturnas y el consumidor puede elaborarlo a su gusto. En este sentido, Cabrera añade que «tenemos una línea a base de infusiones con mucho hielo que resultan perfectas para tomar por la tarde. Por ejemplo, si cogemos fresa y naranja y lo dejamos macerar en frío durante doce horas, al coger el sabor de la fruta es muy ligero y muy refrescante.
En esta época no conviene tomarlos con mucho cuerpo ya que producen más calor». En esta misma línea se sitúa Ramos quien añade que «los naturales elaborados a base de frutas pueden tomarse bien a media mañana, en la merienda o como postre de las comidas principales. En caso de añadir otros ingredientes como azúcar, leche o refrescos, su consumo debe ser más moderado y ocasional».
Ahora más que en cualquier otra época del año toca cuidar el cuerpo para lucirlo en playas y piscinas. La ingesta de cócteles no tiene por qué estar reñida con una buena figura. Por ello, «conviene emplear zumos de frutas naturales en lugar de refrescos. Además, si mezclamos sandía, piña, naranja, frutos rojos o vegetales como el tomate o la zanahoria se puede conseguir un sabor dulce sin necesidad de adicionarlo con azúcar. Si bien en caso de necesitarlo, se recomienda emplear edulcorantes o refrescos sin azúcar», recomienda Ramos. Cuando una persona pide un cóctel light, Cabrera matiza que «nunca se deben emplear refrescos, sólo fruta natural que ya tiene su propia cantidad de azúcar». En el caso de optar por un cóctel sin alcohol, conviene recordar que su consumo es menos fuerte que las bebidas destiladas por el hecho de llevar fruta, «aunque también puede convertise en un arma de doble filo porque apetece beber más. No hay que olvidar que antes se hacían cócteles con alcohol para cambiar el sabor de los alcoholes malos», advierte Cabrera.
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