El precio de los coches usados aumenta por primera vez en dos años

La plataforma de vehículos "on line"AutoScout24 atribuye el encarecimiento al aumento de la demanda y de la cuota de mercado de este tipo de vehículos, una variación que responde al desplome de las ventas de automóviles nuevos debido al aumento del IVA y a la extinción del Plan 2000E.

Según señaló, los automovilistas que adquieren un vehículo nuevo deben afrontar un desembolso adicional de hasta 2.500 euros desde julio lo que, unido a las dificultades financieras existentes y a la evolución negativa del mercado laboral, hace que las familias consuman menos y ahorren más, y por tanto demanden coches más económicos. Esta situación está impulsando las ventas de coches de segunda mano, que ya crecieron un 9,5% en el primer semestre, contribuyendo a reducir los "stocks".

Según el director general de AutoScout24 España, Gerardo Cabañas, "en agosto ya se han notado con mayor intensidad los efectos de las nuevas condiciones de mercado, como pone de manifiesto la caída del 23,8% en la venta de turismos nuevos. Los automovilistas están reduciendo sensiblemente sus presupuestos y compran más coches de segunda mano, que son cada vez más antiguos y rodados".

Así, el mercado siguió apostando en agosto por un tipo de vehículo de ocasión más económico, cada vez más antiguo y rodado, en línea con la tendencia que se viene registrando en los últimos meses.El tipo de usado más demandado responde al perfil de coche "mileurista", con un precio que ronda los 3.000 euros y una antigüedad de al menos seis años.

Esta tendencia hacia la compa de automóviles más económicos supuso en agosto un aumento del 10% en la edad media de los coches usados, superando así los seis años de antigüedad.Del mismo modo, el kilometraje medio se incrementó en casi un 7%, hasta situarse en los casi 80.800 kilómetros recorridos.

En cuanto al tipo de motorización, la gasolina sigue ganando cuota de mercado al diésel. En agosto, los vehículos de gasolina aumentaron su cuota en un 4,8% para situarse en el 34,5%, una evolución que responde, por un lado, a las dificultades económicas de los automovilistas, ya que estos propulsores tienen un coste medio menor, pero también al encarecimiento del gasóleo, lo que hace cada vez menos "rentable"al motor diésel.