Bruselas
Dos años de moratoria por J A Gundín
Lo que necesitamos todos es, precisamente, dos años de moratoria, 24 meses de indulto o 700 días de libertad condicional y sacurdirnos esa tensa vigilia como de corredor de la muerte que nos atenaza. Han hecho bien los bancos suspendiendo los desahucios hasta 2014. Pero habría que generalizar la medida, empezando por concederle cierto cuatelillo al Gobierno de Rajoy, atrapado entre una hipoteca que no firmó y unos vencimientos que le imponen desde Bruselas. La huelga general de hoy es tan insensata y frustrante como un desahucio en caso de extrema necesidad: no beneficia a nadie y crea dos problemas donde sólo había una angustia. En esto, la banca y los sindicatos no son muy distintos. La primera es corresponsable de la debacle hipotecaria por haber abandonado la ortodoxia financiera para lanzarse a una orgía de especulación y de crecimiento fácil. Y los segundos, junto a la izquierda política, también tienen su parte de responsabilidad en el desastre económico. ¿Dónde estaban mientras se incubaba la crisis de forma galopante? ¿Ocupados tal vez en repartirse las subvenciones multimillonarias que caían como maná y en apoyar a un Gobierno que negaba la crisis? España está al borde del desahucio por culpa de una hipoteca basura que suscribieron los socialistas y avalaron UGT y CC OO. En vista de lo cual, hoy mandan contra Rajoy a sus cobradores del frac, en un gesto de usura política que pretende cobrarse unos intereses de demora astronómicos. Pues usureros políticos son esos parlamentarios que en vez de cumplir sus obligaciones en el Congreso, que es debatir nada menos que los Presupuestos para 2013, secundan el intento de desahuciar al Gobierno. Fracasarán, sin embargo, como fracasaron en las elecciones gallegas.
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