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OPINIÓN: Manuel Barbié

La Razón
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Hace unas semanas informábamos en estas páginas de la reapertura de la galería de arte dirigida por Manuel Barbié, una estupenda muestra en la que se presentaban obras maestras de algunos de los artistas clave del siglo XX, como Picasso, Calder, Gris o Léger. Creo que nadie podía imaginar que esa era la última exposición que Barbié iba a presentar al público. El galerista falleció la semana pasada, dejando sin realizar muchos proyectos, como la apertura de una galería con su nombre en Londres o una exposición con obra inédita sobre el Tàpies de Dau al Set.

Barbié supo darle una vuelta de tuerca al negocio de las galerias de arte, dejando de lado lo habitual por estos lares que es exponer pintura catalana de Casas, Rusiñol y compañía. Él fue más allá: al París de principios del siglo pasado, donde se llevó a cabo la mayor revolución artística de todos los tiempos. Su otro punto fuerte fue la publicación de catálogos de gran calidad, libros que hoy en día siguen siendo una herramienta indispensable para conocer a autores. Recuerdo, por ejemplo, el que dedicó a la obra de Dalí, firmado por Santos Torroella y que era un ejemplo de buen hacer editorial.

La última vez que hablamos, precisamente el galerista me comentaba que le costaba encontrar obra pictórica de peso de Dalí. «Ya expuse en su momento dibujos. Ahora me gustaría tener en la galería una buena pintura», me explicó. En su despacho, presidido por un genial bodegón cubista de Picasso, también citaba la crisis del mundo del arte y sus deseos de que le fuera bien a Pepe Serra en la dirección del Mnac. Ojalá su legado no se pierda y alguien tome, aunque será difícil, su relevo como galerista.