Palma de Mallorca
Beso al cielo por Irene Villa
Hoy nuestro corazón está en Santa Pola. Allí, hace 10 años, una niña de seis años fue asesinada por etarras. Los testigos narraron las espeluznantes escenas de aquel 4 de agosto de 2002: la niña estaba cubierta por los escombros, «sólo se veían sus ojos». Toñi, la madre de la pequeña, comenzó desesperadamente a desenterrarla, pero como confesó en pleno juicio, sabía que su hija iba a morir. Corrió por un boquete que había hecho la bomba a pedir auxilio. Ante el peligro de otra bomba, ella dijo: «Marchaos, mi niña se muere y yo me quiero ir con ella». Ya en la ambulancia, su madre rogaba al conductor que corriera, pero escuchó a un sanitario exclamar: «La niña entra en parada». Toñi seguía cantándole al oído y rezando para que su niña se salvara. Una vez en el hospital el médico les comunicó que Silvia había fallecido. Hoy a las ocho de la tarde en la Plaza de la Diputación de Santa Pola, un homenaje recordará a Silvia Martínez, una de tantas muertes absurdas, que merecen ser recordadas y jamás quedar impunes. Hace cinco días se cumplían tres años del último atentado en España que acabó con la vida de dos jóvenes guardias civiles en Palma de Mallorca: Diego Salvá y Carlos Sáenz de Tejada. Sus familias lamentan que los terroristas sigan sin disolverse y tengan además poder político y financiación.
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