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Abortos a la carta
El Reino Unido detecta abortos ilegales en función del sexo. En España la ley permitiría estos casos
Lo llaman frívolamente «balance familiar», pero en realidad son abortos ilegales para terminar con la vida de fetos perfectamente sanos cuyo sexo no satisface los deseos de la madre. Este es el día a día que se vive en algunas clínicas privadas de Reino Unido. Los médicos, a pesar de que son conscientes de que están actuando en contra de la ley, aceptan poner fin a los embarazos de aquellas mujeres que no quieren tener al bebé una vez que saben si va a ser niño o niña, una situación que podría producirse también en España con la actual ley del aborto que permite la interrupción libre del embarazo hasta las catorce semanas.
En un reportaje publicado ayer por The Daily Telegraph y realizado mediante grabaciones con cámara oculta, el rotativo se puso en contacto con nueve clínicas repartidas en diferentes lugares del país y tres de ellas aceptaron sin problemas realizar el aborto.
El ministro de Sanidad, el conservador Andrew Lansley, expresó su preocupación por esta denuncia e inició una investigación urgente al respecto.
Los reporteros del diario iban acompañados de mujeres embarazadas de diferentes etnias. En uno de los casos se ve perfectamente cómo el doctor pregunta a la mujer si ha considerado todas sus opciones: «¡Oh! Sí, claro. Pero la única razón por la que no quiero tenerlo es porque es una niña, es sólo por eso», le contesta ella, embarazada de ocho semanas. Acto seguido, el médico le da cita para finalizar con el embarazo.
En otra consulta, después de que la embaraza le haya dado la misma respuesta, el facultativo llama a un colega y le explica que el aborto se debe realizar por «asuntos sociales» y que la mujer no quiere hablar del tema. «Yo no hago preguntas. Si usted ha tomado una determinación, ha tomado una decisión y punto», le dice a la paciente. El precio de las operaciones oscila entre las 200 y las 640 libras (entre 240 y 760 euros) y, en una de ellas, incluso se ofrece falsificar los papeles.
La ley británica de 1967 establece que los médicos podrán interrumpir un embarazo de hasta 24 semanas si la salud física o mental de la madre está en peligro, pero nunca para escoger el sexo del bebé.
En España, casos de discriminación por género, como ocurre en Reino Unido, «apenas se producen, no tenemos constancia de que sea una realidad visible, aunque hemos tenido algún caso, normalmente de personas procedentes de India y por cuestiones económicas y culturales», explica Santiago Barambio, presidente de la Asociación de Clínicas Acreditadas para la Interrupción Voluntaria del Embarazo (ACAI). Barambio asegura que en las clínicas que pertenecen a su asociación no se atienden abortos, «por principio», si se aduce esta razón. «Yo defiendo el derecho al aborto, pero no que se pueda abortar por razón de género. De hecho, cuando se empezó a tramitar la ley del aborto, yo fui quien propuso que se introdujera esta limitación, pero me quedé solo», explica.
Situación actual
Así, y con la legislación española, que permite abortar libremente hasta las catorce semanas «cualquier mujer puede poner fin a su embarazo por la razón que quiera, incluida ésta», asegura Barambio. Incluso, podría abortar hasta las 22 semanas con sólo aducir que «existe grave riesgo para la salud de la madre», el argumento que se ha utilizado hasta ahora como un gran coladero para abortar.
No obstante, antes de las catorce semanas es difícil que una mujer tenga la plena seguridad del sexo que tiene su futuro bebé. En ese momento de la gestación «los genitales del embrión son ambiguos y, aunque se pueden ver signos ecográficos que puedan indicar el sexo, el grado de seguridad es bajo», asegura Sonsoles Alonso, portavoz de los ginecólogos DAV. Según Alonso, «en España los abortos que se producen tienen que ver con situaciones desesperadas: abandono de la mujer, problemas económicos o miedo a la enfermedad. De hecho, estamos viendo interrupciones de embarazos por encima de las 28 semanas por alteraciones que son compatibles con la vida. Ahora se discrimina por enfermedad, pero puede ser el paso previo a una discriminación por razón de sexo». Alonso es de las que opina que «a día de hoy, aborta quien quiere en España y con la libertad que hay, el poco control y la falta de respeto a la embarazada y al ser humano, no es de extrañar que lleguemos a situaciones como las de Reino Unido». La asociación Mujeres Juristas Themis admitió ayer que una situación similar a la británica pueda producirse en España amparada por la ley vigente, aunque «me parece algo muy residual, no opino sobre hipótesis y esto es ya una cuestión muy personal», explicó su presidenta, Ángela Cerrillos.
Condenadas antes de nacer
Los motivos socioeconómicos o de sobrepoblación tienen mucho que ver en la selección del sexo por parte de los padres. Según la tradición hindú, las niñas tienen que aportar al matrimonio una elevada dote y por eso son condenadas a morir antes de nacer. Reino Unido, que cuenta con una importante comunidad hindú, ya ha constatado un incremento de casos entre los ciudadanos indios. En otros países, como China y Corea del Sur, también se ha practicado el aborto selectivo de niñas por la preferencia de niños ante las limitaciones gubernamentales a la natalidad. Las niñas son ya condenadas antes de nacer.
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