Incidentes en Sants

Cuenta atrás para la remodelación de Can Batlló

Trias comenzará su primer gran proyecto urbanístico gracias al PP

Cuenta atrás para la remodelación de Can Batlló
Cuenta atrás para la remodelación de Can Batllólarazon

BARCELONA- Barcelona, como Madrid y Zaragoza, fue la cuna de los movimientos vecinales. Eran los años sesenta, la época del desarrollismo, de las oleadas migratorias y de miles de personas hacinadas en barrios periféricos, mal construidos y peor equipados. En ese contexto, empezaron a gestarse las «comisiones de barrio», todavía clandestinas, hasta que en el año 1964 se abrió un pequeño espacio con la Ley de Asociaciones.
En poco tiempo, el movimiento fue cogiendo cuerpo, y en 1972 se creó la Federación de Asociación de Vecinos de Barcelona. Fueron años de luchas y tensiones, con la vista puesta en el Plan General Metropolitano (PGM), que trata de definir y ordenar el espacio urbano. Este plan, aprobado en 1976, contemplaba ya cambios para el complejo fabril de Can Batlló, en el barrio de La Bordeta. El más importante, su transformación en un área de equipamientos y zonas verdes. Pues bien, 37 años más tarde del PGM, las instalaciones de la antigua fábrica siguen en su sitio y la enésima propuesta de remodelación ha desfilado por los pasillos del Ayuntamiento. Seguramente por última vez, pues, gracias al PP, Xavier Trias podrá encauzar su primer proyecto urbanístico.
Josep Maria Domingo, presidente del Centro Social de Sants, recuerda que «no empezamos a movernos en serio hasta el año 98, cuando la fábrica ya estaba prácticamente vacía».
A partir de entonces, comenzaron los desencuentros y los proyectos fallidos. Empezaba la burbuja inmobiliaria y tanto la empresa propietaria, Grup Gaudir, como la administración se dieron cuenta de que esas parcelas «eran un filón», añade Domingo. En poco tiempo, se redactaron varios proyectos y cada uno de ellos sumaba más inmuebles al anterior. Se respetaban, no obstante, las zonas verdes del interior del complejo. Pero Can Batlló regresó al limbo urbanístico.
Cuando CiU llegó al Ayuntamiento, se propuso rescatar Can Batlló. El plan municipal preveía una aportación de 10 millones para recuperar 5.159 metros cuadrados –de los 138.000 que ocupa el complejo– en los que se edificarían entre 400 y 450 viviendas de protección oficial, además de varios equipamientos, como el CAP Bordeta–Magòria. La iniciativa privada, por su parte, levantaría otras 1.000 viviendas. En resumidas cuentas, Barcelona ganaría 5.000 metros cuadrados para vivienda protegida y 16.000 de zona verde.
Trias optó por presentar el proyecto en solitario, y se topó con la realidad de gobernar en minoría: la oposición mostró su desacuerdo, no tanto por el fondo como por las formas, y lo mismo hicieron los vecinos. «La verdad es que nos enteramos del proyecto de CiU por la Prensa», señala Jordi Falcó, vecino del barrio. Can Batlló no podía permitirse que la historia se repitiera una vez más. Y el PP apoyará el proyecto. Tras años de dilaciones, quizá, como explica Domingo, «por fin este año veamos empezar las obras».


La fábrica de hilados y tejidos de algodón
En 1880 se erigió en el barrio de Sants la Fábrica de Hilados y Tejidos de Algodón, Blanqueo, estampados y aprestos de Juan Batlló, miembro de una poderosa familia. En poco tiempo se sumaron otros negocios textiles como el Vapor Vell y el Vapor Nou. Can Batlló es, junto con Can Ricart, o con lo poco que dejó de esta fábrica la administración socialista, el único conjunto industrial del siglo XIX barcelonés que sigue en pie. La obra de Rafael Guastavino, el arquitecto, y su influencia fue notable en Cataluña pero llegó, incluso, a los Estados Unidos.