Almería

«La Taberna del Pri» por Antonio Parra

La Razón
La RazónLa Razón

Frente al Teatro Circo, en la calle Villar, en pleno centro de la movida estudiantil y nocturna, se encuentra la «Taberna del Pri», que también se anuncia como «La mamá que te vengas». El primer nombre (abreviado) procede del hecho de que los dos hijos de la dueña, que atienden la barra, eran novios de dos primas. Lo segundo era una frase muy murciana que denotaba la antigua autoridad paterna, en este caso materna, hoy perdida en buena medida. Nombres aparte, una de las virtudes de esta taberna muy popular (pese a su juventud, aquí estuvo antes el desaparecido «El sitio»), casi inédita en Murcia, es la costumbre de la Andalucía oriental (en la Baja Andalucía ya casi ha desaparecido) como Almería o Granada, de acompañar la cerveza o el vino con una tapa. ¡Pero una verdadera tapa…! lo que hace que con tres cañas hayas cenado, si no eres de mucho saque, porque en esas comarcas andaluzas las tapas son, por lo general, más grandes que las que en muchos sitios de Murcia se cobran a precio de haber roto media cubertería del local, una estafa continuada pese a la galopante crisis.
En «La taberna del Pri», comandada por la activa y dicharachera Lola (es la cocinera, que procura hacer todo de manera tradicional, pero que da vueltas por la barra en los segundos de respiro para controlar que todo vaya bien, incluidos sus hijos Félix y Pablo), hay tapas gratis (acompañando a la cerveza servida en vaso de barro muy frío o el vino, aunque aquí mejor tirarse a la cerveza, el vino con tapa suele ser de batalla, teniendo en cuenta los precios: bebida más tapa 1,5 euros) y otras de pago. Es un sitio donde refugiarse de la crisis y de las tabernas careras sin calidad. Se puede desayunar, tomar el aperitivo, comer y cenar por precios más que razonables para Murcia. Por ejemplo, se ofertan desayunos (café con leche, media tostada y zumo natural a 1,80 euros), almuerzo anticrisis (bocadillo más cerveza o refresco a dos euros) o botella de vino más cinco montaditos a 10 euros.
Hemos probado muchas de las tapas que acompañan las cañas, además de otras fuera de lista, sentados en una de las dos mesitas instaladas a la entrada, donde se agolpa la gente que entra y sale del espectáculo del teatro. Hay que tener paciencia, porque el servicio es limitado (incluido el autoservicio de fuera) cuando la clientela se amontona, y se amontona con variedad (estudiantes, vecinos de la zona o gente que recala para tomar algo con enjundia con que suplir la cena reposada que le ha impedido la asistencia al teatro, e incluso los mismos artistas concurren allí para reponerse de la actuación). Y ciertamente, te repones, picando de aquí y allá, con una excelente salchicha seca, unas buenísimas empanadas argentinas, y lo typical murciano: magra con tomate, zarangollo, empanadillas varias de atún o pisto, croquetas de chorizo, jamón o morcilla, patatas al real Murcia, o especialidades como las patatas de la abuela o la tapa del «Pri», todo servido en cazuelitas de barro, insignia de la casa. Lo dicho: popular por el tapeo, emergente por algunas especialidades caseras y, sobre todo, por la diversidad de la clientela que asoma por el teatro, y barato, oiga, barato, que los tiempos no están para derrochar.