Móstoles
Examinador de tráfico una profesión de alto riesgo
Madrid- Suspender el examen de conducir es muy frustrante, sobre todo después de los nervios que se sufren al presentarse. Sin embargo, muchos se dejan llevar por el «calentón» de haber fracasado y cargan contra los examinadores. «Los insultos están a la orden del día, vienen con el empleo, pero las amenazas y las agresiones no, y cada vez hay más», advierte Joaquín Jiménez, presidente de la Asociación de Examinadores de Tráfico (Asextra). Por ello, los evaluadores de Madrid se manifestaron ayer en el centro de pruebas de Móstoles. Según cuenta Jiménez, hay dos tipos de examinadores: los que entregan las evaluaciones al profesor de la autoescuela para que éste se las comunique a sus alumnos y los que le dan la nota a cada examinado y le explican sus fallos y aciertos. «Los que damos explicaciones corremos el riesgo de que nos agredan, sólo por ser más caballerosos, porque con el ‘‘calentón'' cada vez más gente se encara con nosotros», asegura.Juan Carlos Aedo, delegado de Asextra en Madrid, afirma que de los insultos e improperios por haber suspendido se ha pasado a las amenazas, incluso de muerte. «‘‘Te voy a matar'', ‘‘voy a por tí'', ‘‘se dónde trabajas'', es lo que nos dicen de forma cada vez más habitual –comenta– y de ahí al puñetazo no hay nada». De hecho, el presidente de los examinadores recuerda el caso de una evaluadora de La Coruña que sufrió recientemente una agresión brutal. «Cuando volvía hacia su coche, el alumno suspendido la agarró del cuello y la estampó contra un vehículo dos veces, y a un compañero que fue a socorrerla le dio dos puñetazos», cuenta. Por este suceso y la creciente agresividad contra el colectivo, los examinadores de Madrid y de toda España se están concentrando con cada suceso para denunciarlo y reclamar a la Dirección General de Tráfico una solución. En concreto piden medidas preventivas y jurídicas para evitar que las situaciones de «calentón» y que las repercusiones por amenazar o golpear sean más graves. «Queremos que el resultado de las pruebas sólo lo puedan recoger los profesores y en un horario distinto a los exámenes, para evitar que los alumnos vayan a protestar ‘‘en caliente''», afirma Jiménez, que aclara que las reclamaciones se contestarán por escrito. También quieren que el reconocimiento psicofísico necesario para presentarse a la prueba de conducción sea más exhaustivo, similar al necesario para solicitar una licencia de armas, para detectar a tiempo los caracteres más violentos. Igualmente, sugieren que el punto de inicio y final de los exámenes tengan lugar en instalaciones públicas de la DGT con presencia permanente de personal de seguridad. Paralelamente a estas medidas preventivas, desde Asextra solicitan que los examinadores sean considerados autoridad pública. «Igual que se ha hecho con los profesores y los médicos, para que se juzgue a los agresores por lo penal en lugar de por lo civil», señala el presidente de los evaluadores. También como medida jurídica, la asociación quiere les defienda el Abogado del Estado.
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