Rock
Pablo Dylan de tal palo tal rapero
Con un abuelo que es premio Príncipe de Asturias de las Artes, eterno aspirante al Nobel y considerado como uno de los autores más influyentes en la música popular del último medio siglo, Pablo Dylan ha hecho bueno el refrán que dice que de tal palo, tal astilla.
O quizá no, porque en la música de este adolescente de apenas 15 años –70 cumplió Bob el pasado mes de mayo– no hay ni rastro de clásicos del folk-rock como «Blonde on Blonde», «High-way 61 Revisited» o «Blood on the Tracks».
Al chaval, como buen hijo de su tiempo, le ha dado por el hip hop, lanzando una primera «mixtape» con el título de «10 minutes», en la que lo mismo se acuerda de su abuelo que del creador de la Motown: «Soy nieto nada menos que de una leyenda, eso es mucha presión. Voy a conseguir la corona mientras esté en ello, puede que reinvente el sonido», canta en «Top of the World», avanzadilla de un futuro single con los raperos Darnell Robinson y Lil' Chuckee.
Años atrás, Jakob –el menor de los hijos del genio de Duluth y tío del recién estrenado rapero– ya había seguido la tradición familiar al frente de los aseados Wallflowers, pero ha sido su sobrino Pablo el que ha dado ahora la campanada mediática, tirando de «auto-tune» y emulando a Eminem más que al autor de «Like a Rolling Stone».
El «Jay-Z» de su época
En todo caso, parece que no ha olvidado del todo sus orígenes, aunque sea mediante una comparación que cabría poner en cuarentena: «Creo que mi abuelo es el Jay-Z de su época y definitivamente, su música es una herencia importante. Por supuesto, hacemos cosas diferentes, y yo no quiero que la gente me vea por lo que Bob Dylan ha hecho. Pero lo que sea que yo haga, desde un punto de vista personal y musical, está claramente influenciado por él. He aprendido mucho escuchando sus discos», decía en una entrevista concedida a Allhiphop.com. Pero cuidado, porque puede que la conexión entre Bob Dylan, Pablo y el hip hop sea bastante más estrecha de lo que parece a primera vista. No son pocos los que sitúan «Subterranean Homesick Blues» (1965) como canción precursora del rap, y hasta Mike D –uno de los miembros fundadores de Beastie Boys– llegó a afirmar que el de Minnesota había sido «uno de los primeros B-Boys, si no el primero». Si a esto unimos que el propio autor de «Bringing it all Back Home» (léase Bob Dylan) ha confesado en alguna ocasión que no se siente tan lejos del rap y que se puede encontrar su rastro, de forma más o menos evidente, en nombres tan dispares como los de Public Enemy, Wycleaf Jean o Black Eyed Peas, al final va a resultar que el Dylan nieto no iba tan desencaminado. Ya lo dijo el abuelo: los tiempos están cambiando.
Un apellido de campanillas
Tiene sentido musical y cinco letras con pedigrí. El abuelo Bob, no hay que explicar a estas alturas quién es. El padre (en el círculo del medio) es productor musical de renombre de los más granado de la industria, mientras que el tío (con quien guarda Pablo una enorme parecido) se ha dejado oír con grupo primero y en solitario después. Vaya dinastía.
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