Bruselas

El economista contra el poeta

El presidente portugués ganaría las elecciones con un 58% de los votos. La intención de voto otorga a Alegre un 23%.

Portugal medita su voto para unas presidenciales en clave económica
Portugal medita su voto para unas presidenciales en clave económicalarazon

MADRID- Portugal acude hoy a las urnas para elegir a su presidente en medio de una grave crisis económica y de los constantes rumores de una inminente intervención de la UE y el FMI. De los seis candidatos, sólo dos tienen posibilidades reales de acceder al Palacio de Belém: el actual presidente, el conservador Aníbal Cavaco Silva (75 años), y el candidatos del Partido Socialista y del marxista Bloque de Izquierda, el poeta Manuel Alegre (74 años). Ambos ya fueron rivales en las presidenciales de 2006.

El presidente saliente, un economista formado en Reino Unido y primer ministro entre 1985 y 1995, acaricia la reelección con una intención de voto de entre el 55 y 60%, lo que le evitaría tener que presentarse a una segunda vuelta. Enfrentado con el Gobierno socialista de José Sócrates en una incómoda «cohabitación», se erige como garantía de estabilidad ante los mercados financieros, que desde hace meses tienen a Portugal en el punto de mira.

Blanco de las críticas de los otros cinco candidatos, Cavaco advierte de que Portugal se encuentra en una situación «casi explosiva» por la elevada deuda y el alto índice de paro (11%). Para acallar las acusaciones de la izquierda, no obstante, niega que tenga la intención de usar «la bomba atómica», es decir, convocar nuevas elecciones y provocar la caída de Sócrates, que gobierna en minoría desde 2009.

Mientras, Alegre, un poeta y veterano diputado que fue encarcelado durante la dictadura salazarista, aún sueña con desmentir las encuestas, que le otorgan entre un 22 y un 25%, y forzar una segunda vuelta. Cree que entonces el apoyo de los otros candidatos de izquierda le podría aupar a la Presidencia. A diferencia de las elecciones de 2006, cuando el veterano político concurrió a las presidenciales como independiente y superó en votos al candidato oficial socialista, el ex presidente Mario Soares, esta vez Alegre cuenta con el apoyo de su partido. Si gana, dice, favorecerá el diálogo entre las fuerzas políticas y sociales para incentivar el desarrollo. El candidato socialista aboga, además, por abrir una «reflexión seria y sensata sobre la regionalización» de Portugal como un «instrumento para combatir la desigualdad y crear la cohesión nacional y territorial».

Su discurso izquierdista en contra del FMI, el actual rumbo del proceso de construcción europea y los bancos han colocado frecuentemente a Alegre en una posición equidistante del Gobierno, que durante los últimos meses ha tenido que poner en marcha impopulares medidas de austeridad ante la presión de Bruselas y los mercados.

La posibilidad de que Portugal siga los pasos de Grecia e Irlanda y reclame a la UE su rescate financiero es un fantasma que tratan de espantar todos los candidatos. Sin embargo, si éste llegara a producirse, la oposición conservadora ya ha advertido de que exigirá la convocatoria inmediata de elecciones.


El presidente supera el acoso de la oposición
- Los rivales de Aníbal Cavaco Silva le acusan de haber obtenido una plusvalía del 140% tras vender sus acciones de la Sociedad Lusa de Negocios, propiedad del Banco Portugués de Negocios (BPN), intervenido en 2008 por irregularidades contables y 700 millones de euros en pérdidas. Se da la circunstancia de que Cavaco mantiene una estrecha amistad con el entonces presidente de la entidad bancaria, José de Oliveira e Costa. Ante estas denuncias de enriquecimiento, sus rivales han exigido explicaciones al presidente de la república, que se siente víctima de una operación de acoso por parte de la Prensa, y a la que acusa de intentar acallar el apoyo que tiene entre los portugueses. José Manuel Coelho, diputado conservador de Madeira, criticó que Cavaco «reciba tres pensiones y un salario», mientras muchos portugueses cobran 200 o 250 euros al mes.