Santo Domingo
Marta Ortega y Sergio ultiman los detalles de su boda por Jesús Mariñas
Pareció el remate perfecto de Fitur, pues fue un encuentro social –y de buen comer– de los que ya no abundan en Madrid, donde Maika Pérez de Cobas ejerció de anfitriona en su casa de Puerta de Hierro. El pretexto de la cita era degustar una pulpada, el plato típico de Galicia, que tiene un precio astronómico. Un buen plan para aprovechar estos soleados días invernales, preludio de que está cerca la primavera, como también anticipan los trajes de lunares de Raquel Revuelta en los desfiles sevillanos que empiezan el jueves con un homenaje de volantes a Nati Abascal, no siempre exaltadora de los valores locales, a quien entregará una placa la Duquesa de Alba .
Maika ofreció unos pulpos de categoría T-3, con un peso que oscilaba entre los 2,400 kilos y 2,800, que al parecer es el tamaño perfecto para lograr una buena cocción, como las que semanalmente disfruto en las Mareas Vivas, cerca de la plaza de Santo Domingo. Es uno de los gallegos más significativos de nuestra gastronomía, con colas tan largas que llegan a la calle Veneras. También se disfrutó de pan de brona y empanadas de atún y carne, además de unos mejillones que hicieron chuparse los dedos a la princesa de Orleans, que ya no es la relaciones públicas del Sha, ese paradisíaco spa alicantino al que acuden numerosos famosos. Esto comentaban embelsados no se sabe si por los tratamientos que allí se realizan o por los pimientos de Padrón que ingerían, que ya no pican como antes tras haber sido adulterados desde su nacencia. Además, ahora se cultivan en cualquier huerto ajeno a la recoleta villa coruñesa donde nació Cela. También asistieron a la cita de Maika los embajadores de Venezuela y Libia, el duque de Aveyro con su rubia esposa, y ese gran exportador de productos galaicos enlatados que es Jaime Gurriño, entre otros.
Allí anticiparon detalles de cómo será la boda de Marta Ortega, un enlace a las puertas. Amancio y la niña rechazaron las propuestas para vestirla con trajes extranjeros de grandes firmas, algo que rompería la modestia tradicional del creador del imperio de Inditex, que Marta heredará convirtiéndose así en la más rica de España, por delante de gente más titulada. Amancio tiene la grandeza de su propio esfuerzo, sólo recordar los tiempos en los que comenzó haciendo batas de boatiné tras sus primeros pasos en La Espuma de San Andrés. No llegarán al centenar de invitados en la boda, fieles a su discreción. Entres ellos quizá se encuentren Carlota de Mónaco y Athina Onassis, buenas amigas de Marta y Sergio, su futuro esposo. Rechazan las exclusivas y ya tienen preparados unos pañuelos ribeteados en encaje de Camariñas que llevan bordada la inicial de cada uno de los presentes.
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