Congreso Extraordinario del PSOE
El PSOE se encara con Zapatero por el congreso
Que el PSOE tiene que celebrar un congreso federal después de las elecciones está claro. Lo mandan los estatutos. El debate está en cuándo hacerlo –si antes o después de las andaluzas– y en quién lo ha de convocar. Detrás de todo ello, claro, está en juego a quién beneficia una fecha u otra; quién será el próximo secretario general; quién tiene ya parte del camino recorrido y quién aún necesita tiempo.
MADRID- La espita la abrió Carmen Chacón hace dos días al postularse abiertamente para la sucesión, y la mecha siguió prendida cuando se conoció que Zapatero tenía intención de convocar el cónclave el próximo lunes en la Ejecutiva Federal para que el congreso se celebrara de forma inminente. El entorno del presidente cuenta que recibió todo tipo de presiones para que no lo hiciera y que, al final, el equipo de campaña le convenció. Rubalcaba cuenta ya de antemano con el apoyo de no pocos notables para jugar esta nueva partida. Pero Chacón salió en defensa ayer de la legitimidad de Zapatero para convocar cuando quisiera. Lo hizo en declaraciones al programa «Al Rojo vivo» de la Sexta: «Está más legitimado que nunca para hacerlo. Tengo confianza en él. Y lo hará cuando decida, y por el bien del partido».
Elena Valenciano, jefa de campaña de Rubalcaba, no era de la misma opinión, pues dijo que no se trata de una decisión que pueda tomar individualmente el presidente del Gobierno y aún secretario general, sino que ha de ser colegiada.
Rubalcaba, que ayer afirmó que no ha perdido ni media neurona en pensar en el asunto, tiene parte del camino andado para el congreso, pues desde González hasta Griñán, varios le han brindado su apoyo de antemano durante esta campaña electoral.
El último en sumarse al coro de socialistas que pide otra oportunidad fue el ex ministro Jesús Caldera, al afirmar que el candidato «se deja la piel y trabaja de forma extraordinaria por el partido». Diría más: «Sea cual sea el resultado, merece respeto y además, el liderazgo del PSOE». Le siguió Manuel Chaves, que expresó sus preferencias alto y claro: «Es mi favorito». Esto fue sólo un aperitivo de la descarnada lucha por el poder a la que se enfrenta ahora el PSOE.
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