Bruselas
El castigo a la deuda española estrangulará aún más el crédito
Mariano Rajoy criticó ayer, con prudencia y desde el tono de estadista de quien se ve en el Palacio de La Moncloa, el acuerdo alcanzado en la Cumbre europea en la que los jefes de Estado y de Gobierno de los países de la Unión pactaron, entre otras medidas, obligar a la banca española a captar más de 26.000 millones de euros y una depreciación de la deuda española en torno al 3 por ciento.
MADRID- El candidato popular señaló que le parece «preocupante» esa decisión porque afecta a la capacidad de financiación de las empresas españolas, de pymes y autónomos, y en consecuencia a la recuperación española, ya que estrangula aún más el crédito.
En esa línea, incluso dijo que no entiende por qué a un país como España, que no tiene deuda griega, se le piden más recursos adicionales que a los demás, con excepción de a la propia Grecia. En el mismo acto, la clausura de la Asamblea de la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA), participó el presidente del BBVA, Francisco González, quien calificó de «un paso adelante» lo pactado en Bruselas.
«España seguirá cumpliendo»
Rajoy reconoció que la cumbre había servido para que los líderes de la UE escenificaran su voluntad de resolver los graves problemas de la UE, aunque insistió en que no le ha gustado que «se cuestione la deuda de España», porque nosotros hemos cumplido siempre, desde el siglo XIX, con nuestras obligaciones. «Y España seguirá cumpliendo. Tenemos la voluntad y tendremos el coraje para afrontar el mayor problema, que es la crisis económica», sentenció, después de haber insistido en que la decisión de la UE «va a afectar en el futuro a la financiación de las empresas, las pymes y los autónomos, y de manera muy intensa a la recuperación económica». El líder del PP aprovechó para subrayar su compromiso con pymes y autónomos, reiterando ante la asamblea de la ATA que en su programa llevará medidas en su apoyo como la de favorecer que un parado pueda destinar el cien por cien de la prestación a la creación de un negocio, entre otras propuestas económicas.
Rajoy se comprometió a liderar la recuperación y pidió al resto de agentes sociales y a todos los españoles que le acompañen detrás para fortalecer juntos, desde el diálogo, ese proyecto. «La Administración tiene que poner una alfombra roja a quien quiera crear una empresa, y nosotros lo haremos», proclamó.
Las críticas de Rajoy a la devaluación de la deuda española no son baladí. Según varios expertos económicos consultados por LA RAZÓN, este hecho afectará, por ejemplo, al fondo de reseva de la Seguridad Social, creado para pagar las pensiones en caso de una hipotética quiebra de la Seguridad Social. Y es que el 87,9% de la cartera de inversiones del sistema público de protección social está en deuda pública española, y ahora su valor será menor. En concreto, la Seguridad Social tiene invertidos 56.600 millones de euros en deuda española, mientras que otros 7.800 se han destinado a comprar deuda de Francia, Holanda y Alemania.
Por su parte, el secretario general de UGT, Cándido Méndez, lanzó duras críticas a los gobernantes europeos, a los que acusó de «proteger a quienes provocaron la crisis y perjudicar a sus víctimas».
Comisiones Obreras lamentó también que las medidas para la recapitalización de la banca restringirán de nuevo el crédito. Su secretario general de la Federación de Servicios Financieros y Administrativos (Comfia), José María Martínez, la tildó de «totalmente asimétrica» y «muy perjudicial» para la banca española. Martínez añadió que «no son nada halagüeñas» las decisiones tomadas en Bruselas, y que las imprecisiones sobre las cifras no contribuyen a despejar «todas las incertidumbres» sobre la crisis de deuda soberana y la gobernanza.
Zapatero: «Una medida equilibrada»
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, dio nuevas muestras de su «buenismo» tras la cumbre. En primer lugar, al tachar la recapitalización impuesta a cinco bancos españoles –los más castigados– de «medida equilibrada» que mejorará su solvencia. También se mostró confiado en que los cinco podrán lograrlo sin necesidad de dinero público. Y sobre la depreciación de la deuda soberana de España, resaltó que no debe verse como algo negativo, porque no rebajará más el flujo del crédito, aspecto clave para reactivar la economía.
El jueves, la gran prueba de fuego
La fiabilidad de la deuda pública española como instrumento de cobertura de los tipos de interés o de ahorro seguro se pondrá a prueba en los próximos días. La primera ocasión llegará el jueves 3 de noviembre, cuando el Tesoro celebrará la primera subasta del mes, que corresponderá a una emisión de bonos. Después vendrán las Letras a 12 y 18 meses (día 18), las Obligaciones a diez años (jueves 20) y Letras a 3 y 6 meses (martes 25).
El ajuste del precio de la deuda soberana de los países de la eurozona puede reducir el apetito de comprarla, como dejó caer ayer el consejero delegado de Banco Santander, Alfredo Sáenz. El ajuste aprobado en la cumbre europea (contabilizar la deuda que tienen en cartera las entidades financieras pero a precios de 30 de septiembre) perjudica a los países que han visto cómo su prima de riesgo y el tipo de interés subían: es el caso de España e Italia y por extensión a sus bancos, que son los más expuestos a ella. Por el contrario, beneficia a las entidades de los países cuyos tipos se han mantenido estables o a la baja, como Alemania, Suecia u Holanda.
Ayer, los mercados de renta fija premiaron a los países periféricos (España, Italia, Portugal y Grecia) con un descenso del tipo de su bono de referencia en una de las muchas correcciones que se verán próximamente.
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