Roma

Silencio absoluto se rueda

Testigos, juristas, científicos, periodistas y curiosos se citaron ayer a las puertas del Castillo de Béthusy, domicilio del Tribunal de Arbitraje del Deporte (TAS) en Lausana, donde a las doce de la mañana iba a comenzar la primera de las cuatro audiencias que determinarán si Alberto Contador es inocente de dopaje, como él garantiza, o si los 50 picogramos de clembuterol que aparecieron el 21 de julio en su orina tras un control antidopaje del Tour provienen de una autotransfusión sanguínea, como suponen la Unión Ciclista Internacional (UCI) y la Agencia Mundial Antidopaje (AMA).

Alberto Contador y su hermano Fran, ayer en Lausana, llegan a la sede del TAS acompañados por algunos de sus asesores
Alberto Contador y su hermano Fran, ayer en Lausana, llegan a la sede del TAS acompañados por algunos de sus asesoreslarazon

Lausana- El cambio que ha experimentado la vida de Contador, prácticamente de un día para otro, ha sido radical. Se casó el pasado día 5 con Macarena, su novia de toda la vida, estuvieron de luna de miel en Roma y casi recién llegado se presentó en Lausana rodeado de abogados, expertos y testigos que tratarán de convencer a los tres jueces del TAS de que nunca se ha dopado, de que no hubo tal transfusión y de que el clembuterol se instaló en su organismo después de comerse un solomillo.

El solomillo lo compró José Luis López Cerrón, ex ciclista, ex director deportivo, organizador de la Vuelta a Castilla-León, en una carnicería de Irún por encargo de Paco Olalla, el cocinero del Astaná, que se lo encargó cuando el 20 de julio emprendió viaje desde Valladolid hacia Pau. Esa noche Contador comió la carne y repitió al día siguiente, jornada de descanso. A partir de ahí, el infierno.

Xabier Zabaleta, uno de los propietarios de la carnicería irundarra, acudió a la vista en calidad de testigo de la UCI y de la AMA. Cuando compareció, la falta de espacio en la sala de audiencias de Béthusy, semejante al camarote de los Hermanos Marx, promovió el inmediato traslado a la sede del COI, en el Castillo de Vidy, junto al lago Leman. A las seis de la tarde, se dio por concluida la sesión. Por parte de Contador testificó César Martín, detective contratado en su momento por el ciclista y sus asesores para seguir la pista del clembuterol en la carne de vacuno. Se dice que en España no se han descubierto casos de reses tratadas con clembuterol desde 2008 por lo menos. Hay al menos un caso a finales de 2009 en Durango (Vizcaya), según publicó «Marca» la semana pasada.

Por vez primera, Contador se sentó frente a los tres miembros del TAS, el presidente, elegido por el citado organismo, Efraim Barak; Ulrich Haas, nombrado por la Federación Española, que comparece en el proceso junto al ciclista, y Quentin Byrne-Sutton, el hombre de la AMA y de la UCI. En ellos recae la responsabilidad de determinar si Alberto se dopó o no. Y han sido ellos, precisamente, quienes después de haber interrogado a Javier López, de la Asociación de Ganaderos de Vacuno, tácitamente han impuesto silencio a las partes.

Los abogados principales de Contador, Mike Morgan, la voz cantante, y Gorka Villar, también han conminado a su defendido y al entorno de este para que no suelten prenda. Por tanto, silencio absoluto; se rueda.

 

Noah se queda solo
Yannick Noah no ha encontrado respaldo en Francia a su tesis de que los éxitos del deporte español en los últimos años responden a una «poción mágica». Desde el ministro de Deportes a deportistas y expertos en la lucha contra el dopaje han criticado al ex tenista. Sólo «Le Monde», que publicó la columna, defiende la particular tesis de Noah.