Barcelona
Tics por José Muñoz Clares
Mirar hacia el exterior en busca de enemigos y conjuras es estrategia que oculta la situación interior por recurso a la ceguera voluntaria, que no tiene cura. El presidente Mas va a Madrid a traerse un pacto fiscal que le asegure ingresos parecidos a los que disfrutan vascos y navarros en virtud de rémoras medievales; no se lo dan, aprecia maltrato histórico y asoma la pata de la independencia porque, al fin y al cabo, a él seguir o no en España le da igual. Mas juega a lo que la novia que ya no quiere al novio y le hace la vida imposible para que él se la deje y así quedarse con la conciencia tranquila. Porque Mas no quiere irse. Lo que quiere es más dinero y lo de irse lo tiene tan poco claro que se ha limitado a someter una propuesta de referéndum para cuando las cifras digan que se puede ganar pero no antes, que es como decir que lo haremos cuando con pelo de rana se rellenen edredones. Lo urgente, por tanto, no es la libertad de su pueblo sino la ayuda financiera que espera de la España colonial para tapar desmanes propios de las comunidades autónomas que se entregaron a la construcción de su identidad a costa de los presupuestos generales del Estado español. Los empresarios no juegan con esas cosas porque ellos no pueden bromear cuando tienen cientos o miles de trabajadores. Por eso el sr. Lara ha dicho, bien alto y bien claro, que si Mas inicia el camino de la independencia él iniciará el camino del cambio de ubicación para seguir dentro de España. Ahora hace falta saber qué piensan los demás que viven de producir en Barcelona y vender en Madrid, porque Mas produce sólo pensando en el mercado interno, que es poco para lo que necesitan los pensionistas catalanes.
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