Literatura
EL DETALLE: Lector empedernido que amó la cultura
El de Juan Belmonte es uno de los casos excepcionales de relación entre la tauromaquia y la cultura. Su vida ha inspirado algunas obras literarias notables, como la que firmó el periodista Manuel Chaves Nogales, quien recorría las andanzas del diestro desde su infancia hasta 1935, fecha en que decidió retirarse. También aparece Belmonte en dos de las mejores obras de Hemingway, «Muerte en la tarde» y «Fiesta». El torero nunca ocultó sus simpatías hacia algunos de los intelectuales de la primera mitad del siglo XX. Para muchos, Belmonte era un maestro ilustrado, lector empedernido, pese a sus humildes inicios. Por él sintieron interés pintores como Vázquez Díaz y Zuloaga, escritores como Marañón, Ortega y Gasset y Valle-Inclán. Este último le dijo al torero de manera elogiosa: «No te falta más que morir en la plaza». Curioso como pocos matadores por lo que representaba el mundo del arte y el pensamiento, cuentan que cuando le presentaron a Ortega, Belmonte le preguntó a qué se dedicaba. "Soy filósofo", dijo el autor de "La rebelión de las masas". "Hay gente pa to", contestó el torero.
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