Tokio

«Lo único que nos calma es hablar con nuestra familia»

La colonia japonesa residente en Madrid está pasando días difíciles ante la avalancha de noticias negativas que llegan desde su país. Primero fue el terremoto que hizo temblar la tierra e hizo levantarse al mar, tragándose todo a su paso. Ahora la amenaza de un nuevo Chernóbil sobrevuela Japón y con ello aumenta la preocupación de la comunidad nipona.

La pareja nipona reside en la zona más afectada por el terremoto, pero ya estaban en España cuando ocurrió
La pareja nipona reside en la zona más afectada por el terremoto, pero ya estaban en España cuando ocurriólarazon

Estos días la mayoría de los ciudadanos japoneses está pegado al teléfono, a internet y a los medios de comunicación. Muchas son las noticias que llegan a través de la televisión, pero pocas y tardías las noticias de sus propios familiares. «Pude contactar con mis padres a las 11:00 horas de España», explica un joven residente en Madrid. Sin embargo, tenía miedo de que la batería se les agotara porque ahora mismo «no hay electricidad, los semáforos están parados y todo es un caos». La oscuridad y la incertidumbre es la constante que viven los japoneses en medio de la tragedia. «El problema que tiene mi familia es que mi abuela está en un hospital en otra provincia, y con la oscuridad no puede reunirse con mis padres», lamenta el joven. Sin embargo, su hermano está viviendo en Tokio, en donde asegura que empieza a recuperarse la normalidad, ya que en un principio «todo eran colas».

Paseando por Madrid varias parejas hacen turismo por la ciudad. En la Plaza Mayor, dos jóvenes respiran aliviados porque llegaron a España antes de que sucediera el tsunami. «Vivimos cerca de la zona afectada, pero por suerte estábamos ya en España», comentan.

Todos ellos saben que ésta es la peor tragedia que ha asolado el país en su historia. Muchos han sido los símiles con la Segunda Guerra Mundial y las bombas nucleares de Hiroshima, y las especulaciones no están lejos de la realidad cuando confirman el estado de los reactores. En la Puerta del Sol, dos chicas que visitan la capital explican que son de la zona este del país y que sus provincias no se han visto afectadas por el terremoto. «Ha sido horrible», lamentan.


Otro chico de Yokohama, a 30 kilómetros de Tokio, asegura que «pudo ser mucho peor en una ciudad menos preparada». Lo cierto es que Japón está muy concienciado en relación con los terremotos, que son parte de la vida cotidiana de la gente. En los colegios y empresas se realizan cada año simulacros para enseñar el protocolo a seguir ante posibles catástrofes.

Por ello, el joven confirma que «si el tsunami hubiera ocurrido en Tokio, podría haber sido peor, porque en Sendai viven muchos ancianos y la mayoría de los jóvenes emigran a la gran ciudad». De la misma forma, pudo contactar con sus familiares y confirmó que «en Tokio la tierra se movió, pero tampoco hubo muchos problemas».

En el norte del país, donde hay grandes extensiones de campo, ningún edificio pudo dificultar la devastación de las olas gigantes. Sin embargo, los grandes rascacielos de las principales ciudades están preparados para aguantar las embestidas. La flexibilidad de los edificios hace que éstos se tambaleen, evitando que se conviertan en escombros en sólo milésimas de segundo.