Aborto: fin del tabú

Hay quien dice que plantear la cuestión del aborto ha sido iniciativa de la izquierda para que el PP entrara al trapo de un asunto delicado y diera argumentos y votos a unos socialistas que así podrían presumir de centristas. El PP ha esquivado la polémica, y probablemente ha hecho bien: demasiado tarde, y en el terreno que le habían marcado. Dicho esto, los más de cien mil abortos por año y las prácticas habituales de infanticidio son un asunto demasiado serio como para seguir en la penumbra en la que lo habíamos relegado. La cuestión estaba ahí. No la habíamos sacado a la luz porque no habíamos querido hacerlo. La clase política y la mayoría de la clase intelectual hemos sido cómplices de este silencio, en buena medida criminal. Ahora que se ha roto no se podrá volver atrás. Al progresismo, en este asunto, le interesa mantener el statu quo. Se proclama postcristiano y libertario. Ni siquiera considera el aborto un asunto de derechos humanos. Es una cuestión ideológica, centrada en la libre elección de la mujer. Ahí se acaba todo. Los liberales y los conservadores, en cambio, tienen un campo muy amplio. Y el Partido Popular también. No podrá refugiarse por mucho tiempo en el silencio porque la presión social crecerá. Modificar la actual ley acabará siendo necesario, aunque seguramente se dejará para más tarde. Aumentar el control de las clínicas abortistas para que se cumpla la ley con un mínimo de rigor, como han dejado de aplicarse las leyes en España, resulta inaplazable. Plantar en el primer plano del discurso programático la defensa de los derechos y la dignidad humana, incluso con independencia de las creencias religiosas, tendría efectos inmediatos… y positivos. Se trata de hablar claro, simplemente. Si el PP se resigna a una sociedad sin criterios morales, demostrará que es un partido en declive. Finalmente, hay una medida práctica, como es la simplificación de la adopción, que debería tramitarse con urgencia. ¿Cuántos seres humanos estarían hoy vivos de haber sabido la madre que había una familia dispuesta a acoger a su hijo?