Investigación científica

Abusar de los aditivos incrementa el riesgo de cáncer de pulmón

Una dieta alta en aditivos conocidos como fosfatos inorgánicos podría acelerar el crecimiento de los tumores de pulmón, según un estudio realizado en ratones por investigadores de la Universidad Nacional de Seúl (Corea del Sur). El trabajo también sugiere que la regulación dietética de estos fosfatos inorgánicos podría jugar un importante papel en el tratamiento del cáncer de pulmón. La investigación aparece publicada en la revista «American Journal of Respiratory and Critical Care Medicine». Los resultados del estudio muestran, además, que una dieta alta en fosfatos inorgánicos, aditivos que se encuentran en una variedad de alimentos procesados como carnes, quesos, bebidas y productos de bollería, podrían acelerar el crecimiento de tumores cancerosos de pulmón e incluso contribuir al desarrollo de esos tumores en individuos predispuestos a la enfermedad.

Según explica Myung-Haing Cho, director de la investigación, «el estudio indica que un mayor consumo de fosfatos inorgánicos estimula en gran medida el desarrollo del cáncer de pulmón en ratones» y sugiere «que la regulación dietética de fosfatos inorgánicos podría ser crítica para el tratamiento del cáncer de pulmón además de para su prevención». El cáncer de pulmón es la principal causa de mortalidad por cáncer en todo el mundo y también es el tumor sólido diagnosticado con más frecuencia. El cáncer de pulmón de células pequeñas supone el 75 por ciento de los tumores de pulmón y tiene una tasa de supervivencia media de 35 años en el 14 por ciento de los casos.

Estudios anteriores han indicado que aproximadamente el 90 por ciento de los casos de este cáncer están asociados con la activación de determinados mecanismos de señalización en el tejido pulmonar. El estudio revela que los altos niveles de fosfatos inorgánicos pueden estimular esos mismos mecanismos. Según los investigadores, los fosfatos son un nutriente esencial para los organismos vivos. El estudio demuestra, además, que un elevado consumo de fosfatos inorgánicos podría estimular de forma destacada el desarrollo del cáncer de pulmón al alterar los mecanismos de señalización en los que intervienen los fosfatos.

En su estudio, los investigadores trabajaron con ratones con cáncer de pulmón durante cuatro semanas a los que asignaron de forma aleatoria a una dieta del 0,5 o el 1 por ciento de fosfatos, un rango aproximado al de las dietas humanas. Al final del periodo de cuatro semanas, el tejido pulmonar de los ratones fue analizado para determinar los efectos de los fosfatos inorgánicos sobre los tumores. «Nuestros resultados demostraron con claridad que la dieta más alta en fosfatos inorgánicos causaba un aumento en el tamaño de los tumores y estimulaba su crecimiento», explica Cho. 

El investigador señala que aunque un nivel moderado de fosfatos juega un papel esencial en los organismos vivos, el rápido aumento en el uso de los fosfatos como aditivos alimentarios ha dado lugar a niveles elevados en las dietas diarias. Los fosfatos son añadidos a muchos alimentos para aumentar su retención de agua y mejorar su textura. Hacia la década de los 90 del pasado siglo la dieta diaria contenía aproximadamente unos 470 miligramos de media en fosfatos. En la actualidad, esta cantidad ha subido hasta los1.000 miligramos al día.

«Aunque el 0,5 por ciento se definió como cercano a la media normal de la dieta actual, en realidad ésta se encuentra más próxima al uno por ciento y podría incluso excederlo. Por ello, los niveles de 0,5 por ciento de consumo en realidad supone uan cantidad reducida de fosfatos en relación al nivel actual», añade Cho. Los científicos aseguran que futuros estudios ayudarán a refinar lo que constituye un nivel seguro de fosfatos inorgánicos dietéticos y al diseño de recomendaciones fáciles de conseguir entre la población media.