Cataluña

Carlos Ocaña: «Alguien tiene que hacer el trabajo de recaudar»

«Nadie entiende qué son 50.000 o 100.000 millones... hay que hacer el esfuerzo de ponerles cara»
«Nadie entiende qué son 50.000 o 100.000 millones... hay que hacer el esfuerzo de ponerles cara»larazon

Es tal y como podemos imaginarnos a un secretario de Estado de Hacienda. Indescriptible. Es decir, todo en Carlos Ocaña es abstracto, como los números, como el color de piel de los místicos. Pero con un precisión luminosa en los cálculos. Es entonces cuando con un leve movimiento de labios describe una sonrisa, ahorrativa, eso esí. Podría ser el hombre más odiado de España, pero en aquella españolada «prefiscal». Ahora no.-Con todos los respetos, ¿se siente la persona más odiada de España?-Es verdad que Hacienda da un poquito de miedo. Una carta de la Agencia Tributaria siempre se coge con una cierta desazón, más allá de que muchas veces la devolución del IRPF son buenas noticias... Pero yo no me veo particularmente enemigo de nadie, voy tranquilamente por los sitios. Alguna vez algún vecino me ha dicho: «Oiga, me he enterado que usted trabaja en Hacienda y estoy divorciada y me gustaría saber si mi marido que me pasa la pensión, cuánto cobra, sus ingresos…». En estas ocasiones, hay que levantar las manos y decir que eso es ilegal y salir corriendo. Eso es lo más grave que me ha pasado en estos cinco años. -¿El secretario de Estado de Hacienda va por la vida con una calculadora controlando lo que gastamos?-Yo diría que no, pero si se lo pregunta a los que me rodean, dirán que sí, que lo mío es economicismo puro y duro. Yo querría pensar que no, pero por lo que me dicen los que se atreven a decírmelo, debe ser que sí. -¿La diferencia entre lo que ingresa el Estado y lo que gasta produce un déficit de 38.607. ¿Qué hace para no sentir vértigo de las cifras?-Lo que uno tiene que hacer es hacer un esfuerzo por ponerles cara, por materializarlas. Nadie entiende qué son 50.000 millones o 100.000 millones. Digo que no producen vértigo, pero preocupación sí, uno es consciente de lo que supone. -¿Y en qué consiste ese esfuerzo?-Lo que uno tiene que hacer es un ejercicio de realismo, de no ver sólo un número, sino ver ferrocarriles, obras públicas, lo que sea..., ver que pagamos el desempleo, que pagamos las nóminas de los funcionarios, que hay una red de museos…-Eso sería lo que diferenciaría el técnico del político.-Que el técnico sólo viera las cifras, claro... Yo intento ver algo más allá del dinero. No da lo mismo gastar de una forma que de otra o tomar una decisión que otra.-Por lo tanto, sin dinero es imposible hacer política. -Sin dinero no se podría hacer política ni ninguna otra cosa. Por eso alguien tiene que hacer este trabajo de recaudar. Alguien tiene que hacer el papel menos simpático, que es pedir dinero para poder después gastar. -Intente convencer a nuestros lectores de que en el año 2025 quedará dinero en la caja de la Seguridad Social.-Más que convencerles de una cosa a tan largo plazo, lo que sí puedo mostrarles es el compromiso de que pase lo que pase no vamos a dejar que eso ocurra y ahí el ciudadano también tiene la responsabilidad de elegir bien a quien encomienda estas cuestiones. Faltan muchos años para el 2025, pero haciendo las cosas bien eso no va a suceder. -Cuando ha dicho «pase lo que pase», ¿a qué se refiere?-Vamos a hacer las cosas bien para que eso no ocurra. Creo que somos un país serio. Estamos en una época de vacas flacas y es normal que la gente se pregunte si vamos a aguantar el embate. La pregunta es legítima y la respuesta es si hacemos las cosas bien, es decir, si ahorramos, si no gastamos por encima de nuestras posibilidades.-¿Qué opina sobre posponer la jubilación a los 67 años?No es un tema que esté ahora en la agenda. Estoy hablando de filosofía... Me parece que en algún momento, que está lejos, si seguimos cada vez viviendo más habrá que plantearse a qué edad dejamos de trabajar. Pero yo ahora no lo veo tanto en qué edad nos vamos a jubilar, sino que la jubilación de verdad sea a la edad que decimos, porque quizá el problema resida en las prejubilaciones... Personas con trabajos que no son de naturaleza física y con cincuenta y pocos años se jubila. A mí eso como ciudadano me llama la atención. -Vamos, que los 50 no tienen prestigio...-Pues con 50 años uno está bien…-Estoy totalmente de acuerdo... -Los 50 los cumplí hace un mes y me veo bien. Algunas cosas incluso mejor que con 30 o con 40, con perdón…-¿La actual situación económica se contradice con los postulados de la llamada sociedad del ocio?-No, lo que es más dudoso es que eso pueda seguir ilimitadamente. De pequeño me acuerdo que íbamos al cole el sábado por la mañana y que la gente trabajaba el sábado. Ahora hemos avanzado... pero es que un problema que tenemos los españoles y que no tienen otros países es esta forma de trabajar que nos ocupa todo el día, para hacer las mismas ocho horas que hacen los franceses o los belgas estamos ocupados de nueve a nueve .-¿Habla de cambiar la forma de trabajar?-Sí y de no estar perdiendo el tiempo. -La teoría de la relatividad de E=mc2 ¿Podría enunciar la fórmula de la financiación? -Se basa en el principio renacentista de que la unidad de medida es el hombre. Es una reforma humanista de la financiación porque lo que vamos a hacer es: todo el dinero que se pone en un saco lo distribuyo mirando a las personas y en función del número de habitantes y no de los territorios. -Eso es un giro copernicano...-...pero si puedo decir una segunda frase es que no todos somos iguales a los ojos de los servicios públicos, porque hay que dar un poco más para los niños porque hay que llevarlos a la escuela, que hay que dar un poco más a los mayores porque gastan más en sanidad... No es verdad que todos costemos igual. El dinero es para pagar la educación, la sanidad..., y eso son personas, la unidad de medida es la persona. -¿Cuál sería el mejor sistema de financiación? -El mejor modelo es éste y dentro de cinco años seguro que se nos ocurrirá algún ajuste. De momento estamos más que contentos con éste. El mejor sistema es también el que tiene los apoyos de la sociedad.-¿Qué quiere decir, que Cataluña está por encima de la media?-Lo que hemos hecho es acercar a todos más a la media y reducir diferencias. Eso es lo que hemos hecho. Eso de que Cataluña se queda por encima de la media... no entro, pero lo que hemos hecho es poner a todos más cerca de la media. -Hay algo que no funciona bien cuando hay políticos que hablan de ciudadanos «al peso» o se refieren siempre a Extremadura como una comunidad anclada en el sigo XIX.-El tratamiento no es al peso, valemos todos igual, y lo que hemos intentado hacer ahora es que valgamos todos más igual que lo que valíamos antes. Algo habremos hecho bien si extremeños, catalanes y asturianos dicen que están contentos y conformes con la financiación. De hecho, esa era la prueba del nueve: que haya sensibilidades tan distintas, porque es verdad que la sensibilidad es distinta en Extremadura, en Cataluña, en Baleares. Éste no podía ser un modelo sólo para una parte de España.

No es obligatorio tener «hobbies»No es obligatorio tener «hobbies», incluso es deseable: señal de que la pasión y el oficio están reconciliados. Carlos Ocaña colma así una aspiración moderna que no todos consiguen alcanzar. De ahí, quizá, la expresión relajada y metódica de quien no tiene doble vida. Una excepción: «Tengo dos perros enormes y un acuario que me dan un trabajo bastante considerable».Le gusta viajar, confiesa con algo de timidez, o como carencia después de vivir años en Francia y Estados Unidos. Viajar y leer libros de viaje. En música, «lo habitual de mi generación, por tanto más americana que española; yo me quedé en Supertramp, Dire Straits…». Y una confesión final: quería dedicarse a una economía muy diferente, la de cooperación y desarrollo.