Cataluña
CHAPAS
¿Recuerdan ustedes la polémica de colocar distintivos autonómicos junto a las matrículas de los coches? Aquellos adhesivos acabaron recibiendo el mote de «chapas» en la época de Aznar. Era el año 2000 y el presidente popular no quiso ni discutir el tema. Ahora, en plena crisis económica, y con las ventas de los coches en caída libre, vuelve a desenterrarse el tema. Ha sido el tripartito de Montilla el que vuelve a insistir, en concreto desde la formación de Joan Saura. Incluso desde el PP de Cataluña no ven con malos ojos lo de «las chapas». Todos a favor menos el Gobierno de Zapatero y, especialmente, los fabricantes de automóviles. La patronal alega que marcar un vehículo con un símbolo regional puede estigmatizar el turismo y dificultar su venta de segunda mano. El problema se soluciona si el símbolo es de quita y pon. Pese a ello los fabricantes se oponen. La idea ya circula sin problemas por otros países de la Unión Europea. Aquí, en España en general o en Cataluña en particular, puede que hacer distinciones autonómicas de vehículos de cuatro ruedas no sea nada descabellado. Lo inoportuno es plantear el tema en estos momentos. Con la economía mordiendo polvo, las ventas de coches en caída libre y con la sangría del desempleo sacar a colación lo de «las chapas» parece , como mínimo, una polémica inútil que sólo pretende distraer la atención y desenfocar una realidad que ni está para pegatinas ni para «chapas» ni para tonterías de tamaña altura.
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