París
El comité: buena cocina francesa
Proponemos un festín en este restaurante francés repleto de fotografías antiguas de comités varios entre espejos gigantes que aportan amplitud al local sin dejar de ser del todo acogedor. Algo así como si nos escapáramos durante un par de horas a París y reserváramos mesa en cualquier bistró de Saint-Germain-des-Prés. Pero la cosa es que estamos en el número 8 de la Plaza de San Amaro de Madrid y los caracoles Bourguignon -con mantequilla, ajo, perejil, vino blanco, unas gotas de limón y servidos hirviendo, fundamental- que preparan aquí son junto a los de El viejo león (C/ Alfonso X, 6. Madrid) los mejores de la capital. Sin duda, es el entrante estrella de la casa, pero la carta es extensa, así que no se atiborre de las patatas que pone la casa para abrir boca ni de pan con aceite de oliva virgen extra Valle Mágina, aunque es inevitable. foie de las landas La tempura de cebolleta, espárragos, trigueros y langostinos tampoco es para tirar cohetes, de ahí que sea más recomendable el salteado de setas silvestres con huevo escalfado y salsa de queso, que sí se lleva la palma, aunque, por poner un pero, lo suyo es que llegara a la mesa más caliente, sobre todo estos días que sufrimos una gélida ola de frío. El chateaubriand con salsa bernesa es un clásico entre los segundos. La carne llega en su punto, bien jugosa y sabrosa y acompañada por una contundente ración de patatas fritas. Si de aperitivo no se decantó por el foie de Las Landas, una manera perfecta para quitarse el antojo es degustarlo en el pollito asado relleno de foie, piñones y pasas. Una elección diez según el paladar de los comensales, igual que la suprema pintada con hongos y salsa de trufa. Y, si no está por la labor de que la cuenta se dispare, un consejo: acompañe estos bocados con el vino de la casa, un conde de Valdemar crianza 2003. Para degustar con un plato de pescado, que merecen una mención aparte, escoja un Terras Gaudas, pero sepa que la carta de caldos es buena y no faltan, además de referencias nacionales, numerosas francesas. Impresionante es la pasta con bogavante, pero el apartado es amplio, y entre las sugerencias del chef se encuentra el carpaccio de rape y langostinos o este marisco al Pernod con arroz al curry. Para terminar, no cometa el error de ir directo a por el café. La tarta fina de manzana templada es una opción ligera y lo suyo es zanjar el festín con kir glacé. Aunque los tragos corren a cuenta de la casa, porque antes de levantarse está invitado a un pacharán.
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