Lenguaje
«El diccionario sigue siendo sexista»
La lengua no es machista ni tampoco feminista. La lengua pertenece a quien la usa y la hace. Pero estos dos principios, compartidos de manera inequívoca por académicos, lingüistas y expertos, no evita la polémica implícita en las subsiguientes preguntas: ¿Es sexista la lengua española? ¿Hay que forzar el cambio? ¿Hasta qué punto es legítimo intervenir de manera artificial una lengua natural? «El sexismo radica en los oyentes y los hablantes –explica Alfredo Matus, director de la Academia Chilena–. Debemos respetar los modos de un idioma para no llegar al absurdo». Con el planteamiento de este debate arrancó ayer el seminario internacional «Mujer y lenguaje en el periodismo en español», que organiza la Fundación San Millán de la Cogolla y Fundéu BBVA.
Varón o macho
Y, en el centro de la diana, estaba, por supuesto, la feminización de los términos. Víctor García de la Concha, director de la RAE, reconoció que se habían modificado definiciones controvertidas de algunos términos del diccionario y que la institución «estará abierta a todo lo que se sugiera en esta reunión». Pero no todos los asistentes estaban de acuerdo con los avances que se han realizado.
Eulália Lledó Cunill, que se ocupó junto a María Ángeles Calero y Esther Forgas, de revisar el sexismo en el DRAE, está lejos de compartir esa opinión. «El diccionario es muy sexista. Al principio te asomas a él para ver si es una exageración. Pero la realidad te sorprende». Y pone un ejemplo: «Definen padre como varón o macho que ha engendrado; y madre, como hembra que ha parido. Para ellas reservan el vocablo hembra y no dicen mujer; en cambio aplican varón para el caso masculino. Además, ellas también engendran y gestan, pero no mencionan esa realidad».
Más tarde, Eulália Lledó arremetió contra la rapidez con la que se masculiniza un término. «Los hombres enseguida fueron enfermeros y no tardó en existir matrón, proveniente de matrona». Lledó también criticó el uso del género neutro como escudo para evitar un desdoblamiento y reivindicó la visualización de lo femenino en determinadas palabras del idioma. También reconoció que «no sabemos hasta dónde pueden llegar los desdoblamientos». Y pone, como ejemplo, la solución de genéricos como «alumnado», que se refieren para ellos y ellas.
✕
Accede a tu cuenta para comentar