Cataluña
El Gobierno da vía libre a las obras del túnel del AVE por la Sagrada Familia
Madrid/barcelona- El Gobierno dio ayer vía libre a las obras del túnel del AVE, que pasará a escasos metros del emblemático monumento barcelonés de la Sagrada Familia, después de aplazar en varias ocasiones su adjudicación. Así lo anunció la vicepresidenta primera, al término del Consejo de Ministros. En medio de la polémica surgida por la demora en el traspaso de las competencias de Cercanías de Renfe a la Generalitat, Teresa Fernández de la Vega desveló que el consejo de administración de Adif concederá las obras del tramo Sants-Sagrera el próximo viernes durante una reunión extraordinaria.
Previo a este anuncio, el alcalde de la Ciudad Condal, Jordi Hereu, había pedido al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que se adjudicaran ya los trabajos del túnel y que no se utilizara esta cuestión con intereses electorales y políticos. El jefe del Gobierno ya reveló este jueves, al término de la cumbre hispano-francesa, su voluntad de que estas obras se concedieran antes de la cita con las urnas.
Cordial y de amistad
Escoltada por la ministra de Vivienda y dirigente del PSC, De la Vega salió al paso del enfrentamiento que mantienen los Gobierno central y catalán a costa de la cesión de Cercanías. Es más, aseguró, en tono contundente, que habrá transferencia porque así lo desean las dos partes. «Se trabaja día a día para ello». Carme Chacón, por su parte, consideró mejor un «acuerdo maduro» que uno que no satisfaga a todos. «Nunca se ha corrido tanto en una Legislatura», puntualizó.
En sintonía con las declaraciones realizadas horas antes por José Montilla, la ministra saludó por «positivo» el acuerdo alcanzado por la comisión bilateral Estado-Generalitat en cinco materias, entre las que destacó la inmigración. Mientras, la vicepresidenta se apresuró a desmentir el rifirrafe entre Zapatero y Montilla durante la cena ofrecida por el Rey por su 70 aniversario. «Ambos, dijo, mantienen una relación cordial y de amistad».
En paralelo al Consejo de Ministros, Cataluña vivió una jornada de resaca política tras la infructuosa reunión de la comisión bilateral entre Generalitat y Estado, de la que no surgió un acuerdo para transferir la titularidad de Cercanías. La mayoría de dirigentes catalanes compartieron una visión crítica respecto al atrofiado ritmo del despliegue del Estatut, a excepción de los socialistas, que se esforzaron en enfriar la polémica.
El propio presidente del gobierno catalán, José Montilla, restó importancia a que no se haya concretado el traspaso ferroviario y dijo que «no viene de uno, ni de dos ni de tres meses» y agregó que «es preferible un desacuerdo que un mal acuerdo». Por último,subrayó que su Ejecutivo mantendrá la misma postura, es decir, que no dará su brazo a torcer para lograr un pacto de mínimos. De forma muy distinta se pronunció el consejero Joan Puigcercós, que acusó a Zapatero de «timar» a los catalanes.
PP y CiU se sumaron a las críticas por los compromisos incumplidos del presidente y el patronato de la Junta Constructora de la Sagrada Familia lanzó también un aviso: «la última palabra la tendrá el juez de la Audiencia Nacional».
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