Infraestructuras

El PGOU de Málaga se complica

Ruido de tribunales. Junta y Ayuntamiento abrieron la puerta a que la Justicia diga la última palabra.

El PGOU de Málaga se complica
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SEVILLA- Las posibilidades de que el Gobierno andaluz devolviera el nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de la capital malagueña superaban a la aprobación. La Comisión de Ordenación del Territorio y Urbanismo de Andalucía (Cotua) decidió ayer suspender la aprobación definitiva de la adaptación del PGOU a la Ley de Ordenación Urbanística de Andalucía (LOUA) y volver a remitir el documento al Ayuntamiento para la corrección de «las numerosas deficiencias».Según informaron desde el Gobierno andaluz, este órgano determinó que el documento redactado y presentado por el Ayuntamiento «incurre en errores, defectos e incumplimientos a distintos informes vinculantes y normas que impiden su aprobación por parte de los órganos competentes de la Junta de Andalucía», recoge Europa Press.Los grandes puntos de divergencia se enquistan en este proyecto que modifica el planeamiento vigente desde 1997 y que incluye suelo para la construcción de 36.402 viviendas nuevas (de las que un tercio son protegidas) y que se suman a las cerca de 10.000 construidas en la ciudad. Así, la Cotua subraya que no se ha atendido al grado de protección fijado por la Declaración de Impacto Ambiental en la zona conocida como Arraijanal, el único espacio virgen del litoral costasoleño donde el Gobierno local plantea crear más de 600 viviendas y hoteles. Este enclave, a tenor de la Cotua, no puede ser clasificado como suelo urbanizable. Otros asuntos espinosos como el puerto deportivo de El Morlaco siguen sin solución. La Comisión precisa que el Consistorio no ha incluido el estudio de viabilidad.En líneas generales, la Cotua advierte de que el Ayuntamiento de Málaga «no ha cumplido su obligación de adaptar su planeamiento urbanístico a las numerosas correcciones a las que estaba obligado en virtud del contenido de la Declaración de Impacto Ambiental, de naturaleza vinculante». Asimismo, se señala que el documento tampoco atiende a los dictámenes y recomendaciones incluidos en los preceptivos informes sectoriales ni a las especificaciones del Plan de Ordenación del Territorio de la Aglomeración Urbana de Málaga (Potaum). Por todo ello, la Cotua resolvió que el documento no podrá ser aprobado de forma definitiva hasta que el Ayuntamiento proceda a la subsanación de los errores detectados, a la corrección de éstos o a su eliminación. Tanto el consejero de Vivienda y Ordenación del Territorio, Juan Espadas, como el alcalde de la capital, Francisco de la Torre, lanzaron un mensaje de tranquilidad y aseguraron que el proyecto puede aprobarse en plazo. No obstante, lanzaron una amenaza velada de tribunales. De la Torre abrió la puerta a que «la discrepancia, si es necesario, se vea ante los tribunales». Espadas señaló sobre elementos de confrontación como el Arraijanal: «La Junta no podría aprobarlos al contar con informes sectoriales contrarios, pero sí se podrían suspender y ya quedaría a juicio del Ayuntamiento corregirlos o impugnarlos y esperar al pronunciamiento judicial». Se mostró dispuesto a convocar «cuantas reuniones sean necesarias» para llegar a un acuerdo.

Una decisión que se veía venirLos numerosos puntos de fricción entre la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Málaga en torno al PGOU de la capital vienen produciéndose desde hace tiempo. Con la aprobación del planeamiento urbanístico por parte del Ayuntamiento el pasado mes de junio, este diario ya apuntaba que proyectos como la urbanización en el Arraijanal o los rascacielos en los antiguos terrenos de Repsol podían no contar con el beneplácito de la Comisión de Ordenación del Territorio y Urbanismo de Andalucía. El pasado martes volvió a escenificarse el desencuentro, cuando el Consejo de Gobierno aprobó el Plan General de Ordenación Urbanística de Málaga y el de Aglomeración Urbana (POTAUM), un documento que entra en «colisión» con el PGOU de la capital. Así lo puso de manifiesto Espadas, que hizo pública una carta que envió al primer edil de la capital malacitana, Francisco de la Torre, informándole de los puntos de desacuerdo.