Copa Confederaciones
Un paseo por Bakú (0-6)
No hacía falta comprobar que Villa lleva el 7 a la espalda con toda dignidad y derecho y marcó tres goles (su media por partido es de 0,63 y Raúl se quedó en el 0,43). Era necesario comprobar si Cazorla está recuperado de la lesión y dio muestras sobradas de ello. Fue el mejor jugador en el centro del campo. Ayudó en la creación del ataque, dio pases inteligentes a sus compañeros y ensayó el disparo con ambas piernas. Villa marcó una nueva tripleta con la selección –27 goles en 44 partidos– y se movió en segunda línea con enormes deseos de participación. Ayer mejoró notablemente el precio de su traspaso.
La selección española no tenía necesidad de demostrar que hasta en los partidos de entrenamiento –y éste no era ni siquiera un amistoso– es campeona de Europa; aunque sólo por ello estaba obligada a complacer a los espectadores y, sobre todo, a la federación de Azerbaiyán, que pagó generosamente el bolo contratada por la española.
El equipo nacional español no tenía que esforzarse en demasía para derrotar a uno de los peores equipos de los nacidos en los últimos años con la desmembración de nacionalidades. Tiene entrenador famoso, el alemán Berti Vogts, pero sus aspiraciones mundialistas, por ejemplo, son nulas.
El partido era de guante blanco y hubo que esperar más de media hora para que llegara el primer tanto. Torres fue el primero en avisar, aunque después pasó inadvertido hasta el sexto gol del partido. Cazorla y Villa se tomaron muy en serio el encuentro y Azerbaiyán únicamente puso en apuros dos veces a Casillas. La primera fue buena parada y la segunda, error en el remate del delantero azerbaiyano.
La tripleta de Villa marcó el primer tiempo. En el segundo, pese a los cambios, la superioridad siguió siendo española, y el fútbol, sin grandes emociones que destacar, produjo más goles para dejar clara la diferencia entre ambas selecciones.
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