Estados Unidos

Eutanasia para el socialismo

La Razón
La RazónLa Razón

Una cosa es que los socialistas defiendan una práctica más laxa de la eutanasia. Y otra muy distinta es que el PSOE haga del doctor Montes el símbolo, el icono se diría hoy, de la medicina que preconiza. El… anestesista, como mostraba ayer LA RAZÓN en una gran foto, apareció junto a otros artistas de edad bastante avanzada en general –es decir, próximos a caer en las manos de los doctores Montes de turno– en una fiesta en apoyo al socialismo de Rodríguez Zapatero. En esa misma fiesta se dio a conocer un peculiar himno a la alegría destinado a cantar la euforia que nos ha de producir el gran timonel, o mejor dicho, su ceja, dispuesta a guiarnos a lo largo de nuestra vida hasta una muerte feliz. ¿Cómo se ha llegado a este esperpento? El socialismo español se ha deslizado por una pendiente muy llamativa de radicalización ideológica, heredera directa de las propuestas de la «Nueva Izquierda» norteamericana de los años setenta: multiculturalismo, proabortismo, políticas de identidad, feminismo ideológico… Todo viene, aunque muchos de nuestros socialistas no lo sepan, de aquella izquierda postmarxista del otro lado del Atlántico. En Estados Unidos, aquello destrozó el Partido Demócrata. Aquí está ocurriendo algo parecido, aunque no lo parezca. En realidad, Rodríguez Zapatero ha impuesto al Partido Socialista una estrategia de derrota. Por la naturaleza misma del mensaje, encarnado en la apoteosis del doctor Montes, abdica a priori de cualquier posibilidad de mayoría absoluta. Tal vez logre movilizar una franja radical o ideologizada para impedir que el PP llegue al poder, pero para gobernar siempre necesitará de las minorías nacionalistas. Como éstas tienen su programa propio, no sólo les trae al pairo la decadencia del PSOE. La jalean. Saben que cuanto más se radicalice el PSOE, menos posibilidades tendrá de alcanzar la mayoría absoluta y más dependerá de ellos. Así se comprende la presencia del doctor Montes en la fiesta al Gran Líder. Es su Espíritu, su inspiración, la esencia misma del nuevo socialismo. Claro que la materia de este Gran Experimento suicida somos todos los españoles.