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Goran Bregovic: «La música balcánica es un Frankenstein»

Bregovic tocará el miércoles en Barcelona
Bregovic tocará el miércoles en Barcelonalarazon

Goran Bregovic es el más célebre apóstol de la música balcánica. Con su banda para bodas y funerales lleva recorriendo el mundo desde hace diez años. A principios de los ochenta despuntó como compositor para las películas de Emir Kusturica («Underground» y «El tiempo de los gitanos») y mucho antes, en los setenta y ochenta, llegó a estrella de rock en la Yugoslavia comunista. Su vida quedó marcada por las sucesivas guerras de los Balcanes que le obligaron a exiliarse en París. «Perdí mi país, mi idioma, todo lo que tenía. Fue complicado», recordaba ayer el músico después de haber actuando en Cádiz dentro de una gira que llega hoy a Madrid (Circo Price) y el miércoles a Barcelona (Palau de la Música) para presentar un disco grabado en directo, «Alkohol». «La lectura positiva de esa situación es que cuando te alejas de tu país tienes que luchar más duro, tomas distancia y llegas a lugares nuevos. Gran parte del mejor arte se ha hecho en el exilio, especialmente en París. Un buen ejemplo de esto son los pintores españoles». Del punk a las raícesVivió alegremente su juventud: «Tuve problemas con las drogas y con el alcohol. Mi madre me sacó de Sarajevo y nos fuimos a Italia cuatro años. Estudié Filosofía y al final de la carrera hice mi primer disco». Cuando dejó su etapa punk se reencarnó en un músico interesado por el folclore y la herencia rítmica de los gitanos de los Balcanes. «Hago música para bailar y para beber. El alcohol es una parte importante de mi cultura. En mi caso he de decir que ya sólo bebo en los conciertos. Cuando tocamos juntos hay una magia especial. Llevo con los mismos músicos diez años. En mi banda hay gente de Rumanía, Macedonia, Bulgaria... y están presentes varias religiones. En otro escenario algo así sería impensable, enemigos acérrimos. Nosotros nos lo pasamos muy bien». «La música balcánica es Frankenstein», continúa Bregovic. «Está hecha con remiendos de muchas culturas y creencias, católica, musulmana, ortodoxa. Transmite sentimientos muy extremos, la felicidad es lo más importante pero, también hay un poso de tristeza. Así somos los eslavos, exagerados para todo».