Blanqueo de capitales

Mario Conde: «La cárcel no es vuestro sitio»

Mario Conde: «La cárcel no es vuestro sitio»
Mario Conde: «La cárcel no es vuestro sitio»larazon

Pocos recordaban otro día en el que la prisión de Sevilla se hubiera despertado con tanta expectación. La visita de un ex preso, mejor dicho, de uno de los ex presos más famosos del país, tenía la culpa.
Mario Conde acudió, hizo una donación de libros y habló largo y tendido con ellos, tanto, que no se dejó casi nada en el tintero. Así, durante su intervención en el auditorio del centro, Conde fue interrumpido con aplausos en varias ocasiones, como cuando contó que al comunicarle su secretaria la invitación para ir a la cárcel, él contestó: «Ya tuve bastante con Alcalá-Meco».
En ese momento una interna exclamó: «¡El pobre!», pero, sólo unos minutos después, otro reo le preguntó que dónde tenía el dinero, lo que suscitó carcajadas de los presos y del propio Conde, quien aseguró que, mientras estuvo en prisión, leyó entre 300 y 500 libros, informa Efe.
Jamones en la celda
Un preso llamado Andrés, que había coincidido con Conde en Alcalá-Meco cuando el banquero era el celador que, en el argot carcelario, «le dio la libertad» -era el que estaba de guardia cuando salió-, le preguntó por el cambio entre su tarea de banquero y las que desempeñó en prisión.
Más peliaguda fue la cuestión de otro interno, que quiso saber qué había de cierto en los supuestos privilegios que tuvo en la cárcel, algo que el banquero negó al recordar que «se dijo que tenía jamones colgados en la celda».
Para que quedara claro, haciendo alarde de dominar el lenguaje de la cárcel, aseguró que «a las siete de la mañana preparaba el desayuno para los que se iban de diligencias, y, cuando había cunda (traslado de presos), me quedaba hasta las diez de la noche, y los sábados también».
Además, admitió que el único privilegio que tuvo fue estar él solo en una celda, algo que se debió a un auto judicial «por seguridad». Sobre la utilidad de los libros y de la lectura, Conde les contó que ha montado una pequeña editorial, Séneca, y que él mismo ha escrito un libro: «Derecho penitenciario vivido».
También arrancó aplausos de su auditorio cuando contó que en su primera noche en la cárcel un interno le pasó un pastelito por debajo de la puerta y que, asustado, al mirar por la mirilla para ver de qué se trataba, el interno le dijo «Señor Mario, de aquí se sale», un mensaje que quiso trasladar hoy a los presos, a los que pidió que no reincidieran porque «fuera la cosa está complicada, pero hay una esperanza».
Al despedirse tras contestar algunas preguntas más, un preso le gritó «déjame el traje para ir a juicio», mientras que otro le aconsejaba: «Échate gomina». Eso sí, a la cuestión de qué les había parecido Mario Conde de cerca, varios internos contestaron: «Una persona íntegra; y muy humano».