Sergio Aguilar: «La falta de rodaje se suple con afición»

La disposición es argumento irrebatible a la hora de jugarse la vida. Sergio Aguilar mostró todas sus cartas en la única tarde que tenía contratada en el serial de San Isidro. Ante dos toros de Gerardo Ortega mostró moral de acero y valor de hierro. Era su segunda corrida de la temporada. Después de vérselas con los «palha» en Sevilla, se enfrentaba con el toro de Madrid. Y salió bien parado.

–A pesar de no cortar orejas, su actuación ha sido de lo más destacado de lo que llevamos de San Isidro.

–Fui con mucha ilusión esa tarde, con el tiempo que lleva uno en la profesión le ayuda a tener las ideas claras y saber cuál es mi situación. De esa corrida dependía gran parte de mi futuro.

–¿Cree que se le reconoció el esfuerzo?

–Creo que aunque los toros no me dieron opciones, la gente sí reconoció lo que hice.

–¿Cómo fueron sus dos toros de Gerardo Ortega?

–El primero era deslucido porque manseó en varas y en banderillas y salía suelto con la cara arriba en la muleta. Le pude robar diez muletazos y el público lo valoró.

–¿Y su segundo?

–No fue fácil. Le pegué un pase cambiado y por el izquierdo le bajé la mano, pero después el animal clavó las manos y ya no me dio más. Al frenarse, frenó las ilusiones de todos.

–¿Hay recompensa a jugarse la vida de esa manera?

–Yo creo y espero que sí. Los profesionales y la afición lo han visto, y además ha sido televisado y eso es muy bueno. Yo he intentado torear por abajo a toros difíciles y cuando un animal me regale quince embestidas creo que soy capaz de cuajarlas.

–Además, era su única carta en Madrid.

–Por ahora, sí, pero las puertas se me han quedado abiertas y tengo la ilusión de volver pronto y reivindicarme como torero.

–¿Cómo se presenta el resto de temporada?

–Este año mucho mejor que otras, porque en la pasada se me dieron muy bien las cosas en Francia. Estoy puesto en todas las ferias de allí y voy a tener cierta continuidad.

–¿Y en España?

–Según me ha contado mi apoderado, también están saliendo algunas ferias. Lo importante es aprovechar luego todo.

–¿Sigue lo que pasa en San Isidro?

–Sí, intento ver siempre los toros.

–¿Cómo se suple la falta de rodaje para estar tan seguro delante de la cara del toro?

–Con mucha afición y teniendo claro lo que uno quiere. También hace la madurez que da llevar muchos años en el banquillo, como dice el maestro Chenel.

–¿Los nervios también se controlan con afición?

–Eso ya es más complicado, porque hay que estar delante del toro pensando en lo que tienes que hacer para sacar el máximo rendimiento. Aprovechar cada embestida a la altura precisa... Lo de los nervios es otra historia.