La familia llamada a evangelizar

Si el Papa Juan Pablo II recordaba a los jóvenes que se puede y se debe ser cristiano y moderno, podemos afirmar que la familia cristiana puede y debe ser moderna porque está llamada a vivir en el verdadero y auténtico amor. Ser un ámbito, iglesia doméstica, donde se nos ama no por lo que tenemos sino por lo que somos. ¿No es acaso esta realidad el avance que necesita la humanidad para salir de la crisis? ¿No sigue siendo tremendamente moderno el que vivamos y descubramos que lo más importante es ser, más que hacer o tener?. Estoy convencido de que el día que despierte ese gigante dormido que es la familia cristiana, que sin complejos transmita la fe y que sepa que es caldo de cultivo de los valores que nunca pasarán de moda, entonces, estoy seguro que asistiremos al despertar y el resurgir de una sociedad nueva y distinta. Uno de los grandes problemas de nuestro mundo que es la transmisión de la fe, solo empezará a ser solventado cuando la familia descubra su protagonismo en la Iglesia y en la sociedad y así vuelva a ser lo que ha sido siempre, el cauce de transmisión de la fe. Con familias que crean que la vida es el mayor don de Dios, que sean capaces de amarse por encima de todo y de transmitir el gozo de que ser cristiano y ser familia cristiana, es siempre buena noticia de verdadera modernidad. En esta Navidad, me encontraba con un amigo que estaba alejado de la fe y me comentaba que había estado, el día 24 de diciembre, reunido con personas con muchos medios económicos y que parecía que lo tenían todo en la vida, aunque les faltaran tantas y tantas cosas. Al concluir esa comida de trabajo, se hizo la pregunta del millón: ¿Qué vas a hacer esta noche? Me contaba este amigo que, prácticamente ninguno, tenía una familia con la que celebrar lo más elemental de un encuentro humano y fraterno. Todos comentaban que no les esperaba nadie. Y es que, aunque a veces nos cueste admitirlo, la sociedad ha creado espacios sin corazón. La familia cristiana está llamada a transmitir la fe, la buena noticia de la familia, creyendo que el proyecto de Dios sobre la familia es siempre actual y rabiosamente moderno. Sin complejos, seremos capaces de vivir desde el amor que tiene más en cuenta lo que somos que lo que tenemos. Esta es la gran aportación, evangelizar, transmitir la fe que es lo que hace la familia.