Centro de Arte Reina Sofía
La genialidad de un escritor ágrafo
Pepín Bello era admirable. Por su salud, por su memoria, por su inteligencia, por lo cariñoso y lo buen amigo que era. Su vida era admirable y él mismo nos producía una profunda admiración. Él, perfectamente puede ser un modelo para todos nosotros. Lo conocí durante el plan de recuperación de la Residencia de Estudiantes y desde el principio estuvo junto a nosotros, ayudándonos con sus ideas en todo momento. Nos ha dado mucho y su independencia de criterio y sus recuerdos representaron siempre un apoyo inestimable para la recuperación del edificio.Fue el testigo de una época y de un periodo que fueron excepcionales. Sobrevivían él y Francisco Ayala. Pero Pepín, además, era amigo íntimo de personas como Federico García Lorca, Salvador Dalí, Ignacio Sánchez Mejías o Luis Buñuel, y nos ha dejado un testimonio valiosísimo de ellos. No tenía obra, pero su personalidad funcionó como un aglutinante. Y eso era porque poseía una cultura versátil, con grandes conocimientos científicos y humanísticos. Y una curiosidad que siempre mantuvo despierta.
Era amigo de tantas personas porque poseía unos criterios firmes y por su enorme educación. Formaba parte de su carácter la tolerancia, la libertad y el diálogo, influencia del Instituto Libre de Enseñanza. Aunque sin producción literaria, era un genio creador muy grande. Era, lo que Vila-Matas describiría como un escritor ágrafo. Su sensibilidad ayudó al desarrollo personal y creativo de sus compañeros de generación.
José GARCÍA VELASCO
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