Banco Santander

La historia de Banesto quince años después

En los últimos treinta años el Banco de España ha tenido que lidiar con la crisis de cuarenta entidades financieras.

La intervención de Banesto ha sido la más sonada de los últimos años
La intervención de Banesto ha sido la más sonada de los últimos añoslarazon

madrid- No ha sido la única, pero sí la más sonada de los últimos años. El 28 de diciembre de 1993, después de una mañana repleta de rumores y silencios, el Banco de España, gobernado por Mariano Rubio, después de que la Comisión Nacional del Mercado de Valores suspendiera su cotización en Bolsa, decide intervenir el Banco Español de Crédito. Hacía poco más de seis meses que Felipe González había renovado su mayoría (relativa esta vez) en el Congreso y afrontaba su cuarto y último mandato. Banesto había sido objeto de deseo por parte de varias entidades. Eran tiempo en los que el tamaño importaba mucho y el proceso de consolidación del sistema financiero español llegaba a los míticos «siete grandes» de la banca española, a la que en 1987 se había incorporado, con apenas 39 años y una nula experiencia financiera Mario Conde.Una gestión bastante alejada de la ortodoxia que siempre ha tratado de imponer el Banco de España provocó una desfase patrimonial que fue agrandándose con el paso de los años. El Día de los Inocentes –casualidades del destino– el banco de España destituye a Mario Conde y pone en su lugar a un equipo de gestión encabezado por Alfredo Sáenz, que luego presidiría Banesto, para acabar convirtiéndose en el brazo derecho de Emilio Botín en el Santander.Según se conoce en las horas posteriores a la intervención, el desfase patrimonial de Banesto ascendía a más de 605.000 millones de pesetas (3.636 millones de euros). Conde acaba siendo condenado por el Tribunal Supremo e ingresa en la cárcel.En 1994, concretamente el 25 de abril, el Banco Santander gana la puja para hacerse con el 73,4% de Banesto –que puso en subasta el Fondo de Garantía de Depósitos– a BBV y Argentaria. Se asegura que Botín puso el precio final de la oferta de su puño y letra.